
De aquel compromiso nacen joyas, como la bella cueca ‘Pañuelí’ y la estremecedora ‘Los Colores’, en que sólo hay voz, cuatro y un bombo que imita latidos de corazón. A lo largo del disco, García se pasea por diversos ritmos, desde el swing (‘La Gran Capital’) hasta lo chilote (‘Cangrejo Azul’), con asombrosa naturalidad y un marcado carácter orgánico. En suma, Témpera es la obra de un sensible músico y poeta en el momento más iluminado de su carrera.
*Publicado en Extravaganza! Agosto 2008
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