19.1.11

Cómo Asesinar a Felipes - Colores y Cadáveres


En apenas tres entregas, Cómo Asesinar a Felipes acumula credenciales que otros músicos no alcanzan en toda una carrera. Su homónimo debut, editado en 2008, fue la clase de hito que logra reivindicación con el paso de los años y que está condenado al status de obra de culto. Al año siguiente apareció “Un Disparo al Centro”, junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil, la antítesis de lo que la industria recomienda (refritos para grandes éxitos de nombres consagrados, calibre Metallica o Cerati). Y luego vino otro paso para el que la norma dicta esperar: el DVD en vivo “Operación Teatro Oriente”, con el registro bicolor -y a una sola cámara- del show gratuito que ofrecieron, a tablero vuelto, en dicho recinto.

“Colores y Cadáveres”, el último disco del quinteto, responde al fogueo que otorga la bitácora y simplifica la propuesta de sus canciones, aunque no cede frente a los patrones usuales del formato. La banda prioriza la ambición artística propia por sobre los decálogos ajenos, prefiere mantener la metodología antes probada (ensayar durante un año para concretar la grabación en un solo día) y de esa forma, termina pareciéndose más que nunca a sí misma. Desprovistos del factor sorpresa, instrumentistas doctos o apoyo audiovisual, los santiaguinos emergen con el mejor de sus trabajos y el primer gran certificado de autenticidad firmado por un grupo nacional en esta década.

“También nos gusta la plata, queremos tenerla, sólo así se compra, sólo así se baila”, escupe Koala Contreras en el esclarecedor manifiesto llamado “Operación CAF”, donde el MC alimenta su bien ganado prestigio. Lo mismo hacen los cuatro miembros restantes, en sus respectivos puestos, quienes forman un ensamble que funciona con la eficacia de un reloj suizo. DJ Sp@cio inserta diálogos de películas antiguas, agrega atmósferas y hasta samplea a Busta Rhymes con tal de sumar detalles durante el álbum; mientras Marcos Meza condimenta con el teclado la implacable base rítmica formada por Sebastián Muñoz en bajo y Felipe Salas en batería. Un desfile de individualidades sobresalientes que se potencian entre sí.

“Colores y Cadáveres” fue grabado en los Estudios Master en Santiago, el día 17 de octubre del 2010, con todos los músicos tocando juntos sólo una o dos tomas de cada tema. Y pese a que fue registrado de manera digital, el uso estricto de equipos antiguos y la masterización en Nueva York, a cargo de Adrian Morgan (Jane’s Addiction, Moby, Aloe Blacc), aportaron a que este elepé sea un fiel expositor de la calidad en bruto de la banda; obviando artilugios y sobreproducción. La única adición posterior fue la de los tres invitados, cuyo rol en el disco es representar las escuelas de las que viene el grupo: rap (Epicentro de Calambre), rock (Álvaro España de Fiskales Ad-Hok) y jazz (Raimundo Santander).

Planeado o no, el quinteto reivindica la existencia cada vez más cuestionada del formato físico, a través de una placa que es un ítem coleccionable. Ningún mp3, de la calidad que sea, podría hacerle justicia al esmero con el que esta decena de pistas fue confeccionada, y menos al diseño del CD, que contiene excelentes fotos de Ignacio Gálvez (guitarrista del grupo hardcore 562) en el librillo de la carátula. “Colores y Cadáveres” clama, mediante argumentos objetivos, la supremacía de Cómo Asesinar a Felipes sobre cualquier otra apuesta chilena contemporánea. Donde los demás enarbolan la bandera del reformismo, barnizando antigüedades para que no se note el desgaste, los apadrinados por Billy Gould de Faith No More -quien los fichó en su sello, Koolarrow Records- dinamitan el terreno y establecen que la revolución es la única alternativa posible. Clásico instantáneo.

Elefante Mecánico - Génesis


Como cualquier género, el rap tiene seguidores puristas que no soportan el cruce con otras escuelas. Son ellos los que van a sufrir con “Génesis”, EP que es la segunda entrega de Elefante Mecánico, luego de un excelente debut llamado “Memorias de un Elefante”, aparecido en 2007. Un disco de marcadas diferencias con este nuevo material, enfocado en la electrónica y con una postura menos lúdica -y mucho más taquillera- de parte del grupo, que a comienzos del año pasado sufrió de cerca la pérdida del recordado Geoslide (colaborador y amigo cercano, a quien está dedicado este trabajo).

Si antes podía emparentarse al trío con Colectivo Etéreo, el desgarbo proyectado ahora estrecha la relación con Neptuno (especialmente en la canción ‘Únicos’) y Zonora Point (cuyo miembro, James Manuel, colabora en ‘Te veo a ti’). Dos propuestas resistidas por segmentos estrictos de amantes del sonido clásico del hip-hop, pero de méritos innegables como expositores de una rama bailable y festiva del estilo, que se debe tanto al tecno como al boombap

Comparaciones aparte, “Génesis” presenta seis canciones que no se sonrojan de sus colores fluorescentes; después de todo, Elefante Mecánico promete lanzar durante el año otro EP, de inclinación tradicional. Por el momento, la banda muestra que sigue dominando mejor los códigos más convencionales (‘Estás, ‘CeroUno’), aunque el momento de mayor lucidez de la placa (‘Voy (y vuelvo)’ y el tema homónimo) advierte que esta nueva alquimia puede ser viable. En arriesgarse está el placer del juego.

“Génesis” de Elefante Mecánico se descarga en este enlace.

Dadalú - Período


Los discos siempre ganan encanto cuando esconden buenas historias. Además de ser el debut solista de Dadalú, a quien conocimos en Colectivo Etéreo y luego en varios proyectos menores, “Período” tiene un anecdotario que pide ser desentrañado. El título del álbum se debe al proceso de aprendizaje de su autora, cuya inexperiencia en el estudio marcó la grabación de la placa, que terminó siendo mezclada por ella misma junto a su novio (Jorge “Coco” Cabargas, ex Tobías Alcayota y actual Bongo Bongo). Pero el nombre carga una doble lectura, relacionada a la menstruación, como exhiben la tipografía sangrante de la portada y el carácter de las letras compuestas por la cantautora.

La ópera prima de Daniela Saldías bien podría ser considerada una obra conceptual, basada en los devaneos hormonales que la regla conlleva y las consecuencias anímicas que supone en la vida de cualquier mujer. En este elepé, la estabilidad emocional es reemplazada por cuestionamientos e inseguridades sobre los que la cantante habla sin tapujos, en abierto plan confesional. Declaraciones de amor (‘Gracias’, ‘Te quiero tanto’, ‘Brilla brilla’) conviven con los miedos de la vocalista (‘Se necesita vendedora’, ‘No sé empezar’) y sus quejas, planteadas en clave lúgubre (‘Conmigo’) y bailable (‘Por favor’), pero con igual urgencia. La puerta del laberinto está abierta: que pasen los valientes.

Puedes bajar “Período” de Dadalú en este enlace.

Diego Peralta: Pantalla Grande


Diego Peralta dio por terminado el ciclo de su último álbum, el recomendable “Nadar”, pero ya prepara dos lanzamientos para este año. El primero es una banda sonora y el segundo, la continuación natural de su discografía. Desde la quinta región, el cantautor porteño adelanta qué pasos seguirá durante esta temporada y cómo serán sus próximos trabajos.

Fuera de los resultados como la buena crítica, las tocatas y los viajes, ¿cuál es tu balance artístico de “Nadar”?

Es un disco que tuvo bastante éxito. Me enseñó muchas cosas, el hecho de liberarme y hacer lo que realmente creía en ese momento, que involucró enormes intenciones. El balance es bueno, en un momento dejé que la música ocurriera sin necesariamente tener las cosas claras todo el tiempo. Me entregué a la individualidad que necesitaba. Además, toqué en todos lados (La Serena, Talca, Concepción, Temuco, Valdivia, Osorno, Chiloé)

¿Antes eras más controlador?

“De lo humano sin corazón” fue un disco programado, tenía el esquema armado, lo que no quiere decir que sea bueno. “Nadar” fue naturalidad, lo real y lo irreal. El disco se inmortaliza, no muere, uno es el encargado de congelar ese momento y hacerlo eterno. Yo estoy en una búsqueda permanente, no trato de dirigirme hacia ningún lugar. Soy anti formación. La música esta ahí, sucede de la manera en que se escucha y de acuerdo a las cualidades de cada uno.

¿Qué harás este 2011?

Este año publicaré dos discos de forma física. El primero en marzo, la musicalización de una película de Valparaíso, protagonizada por Tomas Verdejo (de la serie “Los 80″). El disco incluye una gran cantidad de piezas instrumentales y otras en formato canción. Es lo que siempre quise hacer, vendrá a terminar un ciclo y a cubrir mis necesidades cinematográficas. El segundo continuará el trayecto de ”Nadar”. Tomé algunos riesgos y es bastante diferente a lo que he estado haciendo, desde todos los ángulos. Tiene experimentos con la electrónica dura, aunque hay cosas parecidas a lo que hice antes, con pasajes más lentos también. Me gusta la idea de tomar desafíos, de estar en situaciones inexploradas; produce liberación, todo funciona de la manera mas honesta.

Háblanos sobre la película, para adentrarnos en ella.

Se llama ”Mejor No Fumes”, es un largometraje que se estrenará a principios de marzo y postulará a varios festivales nacionales y extranjeros de cine. El director es Daniel Peralta, mi hermano, que ha trabajado en clips para mí y Javier Barría. Llevamos trabajando harto en la película, esta bien avanzada. Básicamente trata acerca de la búsqueda interior de una persona, a partir de un quiebre sentimental, y los elementos que hay que ceder para no quedar solo. Habla de viajes y encuentros… de perderse y luego encontrarse. El soundtrack será lanzado en formato físico, en una edición limitada súper bonita, que estará a la venta en todos mis conciertos al igual que los otros discos.

¿Del otro álbum qué nos puedes contar?

He estado trabajando en él desde el término de la gira en regiones del año pasado, está bastante avanzado. Se verá desplazado un par de meses debido a lo de ”Mejor No Fumes”, para que ambos lanzamientos no estén juntos, pero pienso tenerlo en circulación en mayo. Y está distinto, va por otro camino, funciona desde un lugar desconocido (que ahora, después de recorrerlo, es conocido), donde la exploración ocupó el espacio mas importante. Lo que puedo adelantar es que será muy parecido a “Amor Amarillo” de Gustavo Cerati y a “Colores Santos” de Cerati con Daniel Melero. Desde la elaboración de mi segundo disco que tengo esa idea. Me encanta melero, sus textos y personalidad, básicamente la relación que hago es acerca de la sonoridad y el color que va a tomar el disco. Contendrá figuras propias, para no caer siempre en lo mismo. Mi política es que cada álbum tenga elementos radicales que lo hagan cada vez más distinto a su antecesor.

¿Y qué relación tienes con Cerati? Puede parecer oportunista tributarlo en este momento, cuando tantos lo hacen. ¿Eres su fan?

Siempre. Creo que el punto máximo de creatividad que tuvo fue a principios de los noventa. Mas que los discos y las canciones, me llaman la atención los cambios que sufrió, las reinvenciones. Soy súper fan de todo su material, en realidad.

Javier Barría, antes de editar “Introducción a la Geometría”, también hablaba sobre Cerati y Melero. “Corazones” de Los Prisioneros es un manual de estilo para Javiera Mena y Gepe. ¿Por qué crees que algunos cantautores de esta generación pasan de la guitarra a flirtear con el pop más electrónico?

Creo que el paso se da porque uno no puede quedarse en un mismo lugar siempre. Las personas siempre están en movimiento, escuchando distintos tipos de cosas, viviendo otras. La inercia es estacionaria. En mi caso creo que nunca hubo sólo guitarra, siempre existieron otras propiedades en los discos, aunque en vivo sí la utilicé mucho. Ahora estoy tocando mas piano y guitarra eléctrica, aproximándome a lo que será lo nuevo, que no es tan electrónico tampoco. Mi escuela es la guitarra eléctrica. Desde ahí empieza la base. Hay elementos distintos, la búsqueda del sonido. El formato canción, sin duda, es lo que ocupará el resto de mis días.

“De lo humano sin corazón” tenía referencias musicales y “Nadar”, cinematográficas. ¿De qué se nutrirán tus letras ahora?

De lo mismo, la música y el cine, que son mis principales alimentos. En el sentido de mis textos, me parece que ahora son mucho más luminosos, y más vitales y coloridos que “Nadar”, y hay melodías que se digieren con facilidad, como en “De lo humano sin corazón”. Aparte, será más romántico que los anteriores.

¿Cómo te ves ahora que la generación MySpace comienza, lentamente, a tomar las riendas del pop chileno?

Han sido años en que se han logrado hacer miles de cosas interesantes, en que me logré ubicar en un lugar bien importante dentro de la escena independiente, donde ya no soy un recién llegado. La aparición de MySpace y de otros soportes para la difusión derivaron en un recambio único. Me sigo viendo desde una plataforma autónoma, en donde hago las cosas que me gustan, sin filtros. Mi música es tal cual como yo la imagino.

Hot Chip – Teatro Caupolicán (24.11.2010)

Foto por Felipe Fontecilla

Avalados por sus cuatro discos, la mitología DFA y sencillos radiales varios, Hot Chip subió a eso de las 11 de la noche al escenario del Teatro Caupolicán para jugar una partida cuya victoria estaba asegurada. El show comenzó con ‘And I Was a Boy from School’, la canción que los dio a conocer, que convirtió al recinto de San Diego en una pista de baile gigante, repleta de personas dispuestas a derrochar toda su energía viendo a los británicos. Tanta era la efervescencia, que alcanzó para ocultar el carácter emotivo del concierto para el grupo, cuyo baterista sufrió la muerte de su hermano el fin de semana (por eso no estaba), y que restó –comprensiblemente- parte del vigor que caracteriza las presentaciones de la banda.

Con el público en su bolsillo, el quinteto continuó la revisión de su repertorio con canciones como ‘One Pure Thought’, ‘Over and Over’, ‘Hand Me Down Your Love’ y ‘Shake a Fist’, que configuraron el setlist más extenso de los ingleses en Sudamérica (en Argentina tocaron 10 temas; en Brasil, 9). Luego de ‘Hold On’, vino una breve retirada antes de que ‘I Feel Better’ empezara la tripleta del broche de oro, que llegó de la mano de ‘No Fit State’ y el hit ‘Ready For The Floor’. Fue un concierto en el que hubo pocas palabras por parte de Alexis Taylor y Joe Goddard, los caudillos del combo electrónico, pero sí un nexo cercano con los asistentes, basado en la elección de lo que todos esperaban: material conocido (no hubo nada del excelente primer disco, “Coming On Strong”) y ninguna omisión a los singles más bullados. Hot Chip vino, vio y venció.

SETLIST

And I Was A Boy From School
One Pure Thought
Thieves In The Night
One Life Stand
Over And Over
Hand Me Down Your Love
Alley Cats
Shake A Fist
Take It In
We Have Love
Hold On
I Feel Better
No Fit State
Ready For The Floor