Por asuntos
legales, una nueva recopilación de los Beatles está a la venta
desde esta semana en iTunes y probablemente no dure mucho en línea.
La Unión Europea cambió recientemente
su lesgislación sobre derechos de autor y distribución de obras
intelectuales. Fue debido a un fuerte lobby de parte de la industria
discográfica, encabezado por un ícono del viejo rocanrol, Cliff
Richard. Por eso en Inglaterra se conoce como “la ley de Cliff” a
la principal enmienda aplicada al reglamento: de ahora en adelante,
las grabaciones gozarán de copyright por 70 años, una extensión
respecto al medio siglo de amparo ofrecido antes.
Pero esta norma protege únicamente al
material lanzado de forma comercial. Si un registro no ha sido puesto a
la venta, pasa directo al dominio público, es decir, su
utilización -incluso para fines comerciales- se vuelve gratuita.
Ocurrió por un momento, antes de que se firmara la corrección
legal, con “Love me do” de los Beatles. El tema estuvo meses a la
intemperie, a merced de cualquiera que deseara venderlo por su cuenta
en territorio europeo.
Después de ese susto, los ejecutivos
de Apple, el sello que administra el legado de los cuatro de
Liverpool, no quieren tropezar con la misma piedra. Para evitar que
las grabaciones inéditas de los Beatles de 1963 queden otra vez en
el aire, al cumplirse 50 años desde su realización, han puesto a la
venta el compilado digital “The Beatles: bootleg recordings” con
59 demos, descartes y sesiones radiales nunca antes disponibles de
manera legítima.
El contenido de la recopilación no
debería sorprender a ningún conocedor del grupo. Todos sus temas,
entre los que se incluyen varios repetidos en distintas versiones,
han circulado largamente en álbumes piratas. Lo más valioso que
ofrece son los históricos demos de “I'm in love”, popularizada
en Reino Unido por otros clientes de Brian Epstein (The Fourmost), y
“Bad to me”, cedida a Billy J Kramer, quien junto al grupo The
Dakotas la transformó en número uno en 1963.
“The Beatles: bootleg recordings”
apareció ayer en iTunes casi sin previo aviso, pero la nula
publicidad previa a su lanzamiento no fue una técnica de marketing
tipo Bowie o Beyoncé. Todo lo contrario: Apple desea que pase
desapercibido un material para el que no había destino comercial
alguno, ni planes concretos de lanzamiento; principales motivos de
que permaneciera inédito. Su plan no es vender más discos de los
Beatles, sino evitar que otros comiencen a hacerlo. O sea, cuidar la
marca.
La nueva legislación de la Unión
Europea provocará una avalancha de lanzamientos anuales similares.
No sólo de los Beatles, sino de otros artistas importantes de los
60. Recientemente, Sony Music tuvo que resguardar a Bob Dylan de caer
en el dominio público, y lo hizo mediante un compilado de 86
grabaciones con un nombre muy honesto: “The 50 anniversary
collection: the copyright extension collection,vol.1”. Tampoco se
anunció su salida. Es más, apenas 100 copias fueron producidas para
su exclusivo reparto en Europa.
Apple ha hecho algo similar. La
presencia de “Bootleg recordings” en iTunes, único lugar donde
se puede adquirir porque una edición física está fuera de
discusión, ha sido intermitente. Aparece y desaparece, y su única
constancia es un altísimo precio que sobrepasa los 20 mil pesos,
todo un exceso tratándose de simples MP3 subidos a regañadientes
con una carátula improvisada.
La existencia de cerca de 300 sesiones
radiales registradas por los Beatles en la BBC asegura el futuro
deleite de los completistas, pero, en lo que refiere a derechos de
autor, ya se vislumbran problemas para la dupla Lennon - McCartney.
La propiedad intelectual de los compositores dura 70 años a partir
de su muerte, esto significa que los administradores de la fortuna de
Lennon lucrarán con su pluma hasta 2050. Pero también implica que,
llegado el momento, dejarán de recibir dinero mientras las arcas de
la familia McCartney seguirán llenándose. Complicado.