
La siguiente pieza musical contiene un estribillo altamente adictivo, cuyo efecto secundario es querer cantar como Calvin Johnson, empresa que siempre fracasa estrepitosamente. Si Ud. no tolera la frustración, por favor absténgase de presionar play.
Acabo de encontrar una discografía de Swirlies en la blogósfera. Soy feliz.
No soy el tipo más rockero del mundo, pero tampoco soy capaz de contenerme ante los encantos de Mastodon. ¿Quién podría?
El año pasado, The Ting Tings debutó con We Started Nothing, un álbum cuyo título era una pista sobre la actitud del dúo. Conscientes de que no estaban para inventar nada ni para cambiar paradigmas, los británicos se tomaron al mundo con su desparpajo popero y ahora gozan de una popularidad que crece exponencialmente. Ahora, el chiste se repite, pero en otro formato: desde Vancouver, emerge Japandroids con Post-Nothing, su ópera prima.
La Somba Records es una incipiente discográfica chilena, cuya existencia es la prueba de que -teniendo ganas- se puede hacer cualquier cosa. Sin presupuestos jugosos de por medio, este sello ha logrado lanzar al mercado álbumes de excelente factura (Rico de Drogatones, Views de Humana y el debut homónimo de Find a Fiend).
HUMANA - VIEWS
Humana es un tapaboca para quienes cacarean sobre "el bajo nivel de los grupos nacionales". Con Views, su segunda placa, este cuarteto santiaguino demuestra que tiene credenciales de sobra para lucirse aquí y en cualquier parte. Editado en noviembre, este potente y redondo compendio de canciones -que apenas sobrepasa los 25 minutos- hace gala de profesionalismo en cada una de sus nueve pistas.
Enmarcada en la odiosa etiqueta del post-hardcore, la música de la banda refleja las inquietudes de instrumentistas virtuosos y orgulosos de sus influencias. Aquí, encontramos resabios de metal experimental y progresivo, además de un claro detallismo que se evidencia en minuciosas programaciones a cargo del cantante Matías Figueroa, cuya característica voz le entrega cohesión al sonido de Views. Aplauso aparte merece Pablo Martínez, el batero, quien imprime poder a los temas con su pulso de precisión matemática.
Estamos ante un proyecto con reales aspiraciones a internacionalizarse. La totalidad de las letras están en inglés, junto a los créditos del disco y al MySpace de la banda. Una apuesta que, de concretarse, sólo sería un acto de justicia para un grupo con mucho que entregar y nada que perder. Si los adolescentes del mundo -esos que escuchan boy bands disfrazadas de rockeros - quieren patalear de verdad, el grupo que deben escuchar se llama Humana.
FIND A FIEND - FIND A FIEND
Lo primero que sorprende al tomar este álbum en las manos es su impresionante producción visual. La despreocupación en este aspecto, usual en varios proyectos independientes, no es una característica de Find a Fiend. Pasado el impacto inicial, y abordando lo meramente sonoro, nos encontramos con un debut correcto y prolijo. A pesar del nombre, éste es sólo un alias para el trabajo individual de Eduardo Carrasco, quien –con la ayuda del productor Pepe Lastarria- plasma en este disco las composiciones que rondaban por su cabeza.
Las canciones de Find a Fiend beben de varias fuentes musicales, pero todas ellas convergen dentro de un conjunto coherente, que se va haciendo cada vez más pegajoso
con el paso de las revisiones. Fuerza y matices progresivos de tono amable, para orejas menos adiestradas.
www.myspace.com/findafiendband
LOS DROGATONES - RICO
¿Por qué Los Drogatones no suenan hasta el cansancio en las radios? ¿Por qué el video de ‘Canciones’ no rota día y noche en los canales de música? ¿Por qué figuran otros y no ellos? Sólo algunas de las preguntas que provoca la audición de Rico, la impecable ópera prima de este cuarteto cuya solidez musical da cátedra sobre cómo debutar.
Es una pena que no tengan un sitial destacado en la escena chilena. La demora de esta reseña, a varios meses de la edición del disco, da cuenta sobre una banda con una cobertura mediática muy por debajo de la que merece. Un fenómeno que contrasta con la impresionante calidad de las 13 canciones que incluye este elepé. Por fortuna, todavía es tiempo de hacerle justicia y recomendarlo encarecidamente. Mientras más voces divulguen este trabajo, más posibilidades hay de llevarlo a la gran palestra, donde pertenece.
Los Drogatones no están para sentarse en la banca, sino para jugar como titulares indiscutidos. Su fórmula consiste en variadas dosis de post-hardcore, bossa nova y funk; pasadas por un filtro de rock-pop que los convierte en una propuesta fácil de abordar, tanto para novatos como para los más curtidos. Un deleite sustentado en una fuerte identidad sonora, apoyada por una producción minuciosa y de alto vuelo.
Rico es, efectivamente, una placa sabrosa. Está sazonada de cortes intensos y urgentes (’Lil’, la mentada ‘Canciones’, ‘Dame Mil’), otros de tono más pausado (’Plaza’, ‘Puerto’, ‘Usted Sabe’) y algunos de maciza consistencia (’5 Horas Más’, ‘Aguas’). La banda es tan versátil -y conciente de ello- que incluso flirtea con atmósferas sombrías en ‘+++’, para cerrar con los lúdicos aires raperos de la pista que da nombre al disco. Y, en ambos casos, resulta airosa.
Ningún elogio es gratuito. Los Drogatones han elucubrado un primer largaduración inteligente y -a la vez- entretenido, de expedita aproximación y grandes posibilidades comerciales. Con o sin el apoyo del mainstream periodístico, ya es una realidad que el grupo puede codearse tranquilamente con cualquiera y en donde sea. Independencia no es sinónimo de amateurismo, ellos lo saben a la perfección.
Fotos por Daniela León
Su peregrinaje a la Gran Manzana la armó de valor para dejar de buscar aprobación y abandonar los ademanes de gangsta. Al volver, dejó a sus antiguas juntas y las cambió por rostros nuevos. “Llegó gente a mi curso a la que le gustaba los Beatles y que tocaba guitarra. Me hice de un muy buen amigo, con el que pasábamos horas callados, mirándonos a los ojos y escuchando a Radiohead. Era un rito muy loco”, admite entre risas. De a poco, un fulgor interno surgiría para embargarla. “Volví a ser feliz. Esa época fue como un boom para mí. Desarrollé mi mundo interno; el resto me daba lo mismo, porque lo que yo sentía era demasiado maravilloso. Me la pasaba traduciendo canciones o yéndome sola a las esquinas del colegio a leer a Jodorowsky, a Cortázar, a Tellier. Era increíble”.
Totalmente distinto, en cuanto a esquema y estilo, es Caramelitus. Un dúo electrónico de improvisado nacimiento, en el que comparte créditos con Tomás Preuss. “Él me pasa las bases armadas y yo les pongo letra. Tenemos un rollo súper lúdico entre nosotros. Nuestro proceso creativo es muy aletargado y relajado”, describe. Aunque el trabajo entre ambos fluía con soltura, su ruta no estaría exenta de tropiezos. “Nos metimos a un netlabel llamado Pandakill, donde nos prometieron hartas cosas, pero no cumplieron nada. Quedamos esperando plata que nunca llegó. Al final, terminamos saliéndonos de ahí”, dice con algo de resignación.
En la vida, encontrar el equilibrio es un objetivo fundamental. La música de Röyksopp no escapa a la regla. Si su primer elepé tendía a ser cándido, y el segundo era algo más frío, Junior es el balance entre ambos. Un álbum que muestra al dúo noruego como un afiatado par de cómplices, con la inventiva necesaria para crear magníficas canciones.
Cuando la inmediatez prima por sobre todo, Junior Boys rema contra la corriente. En Begone Dull Care, el dúo desobedece al apuro y se toma su tiempo. Tras una placa de la talla de So This Is Goodbye (Domino, 2006), ellos saben que se ganaron el derecho a hacernos esperar. De eso se trata esta tercera producción, concebida a distancia à la Postal Service (desde su natal Canadá hasta Berlín y viceversa).
La bitácora de Francisco Pinto ha sido extensa, pero subterránea. Con éste, su segundo álbum, el autodidacta músico se valida a sí mismo como un nombre a tener en cuenta y –de paso– refresca el panorama electrónico nacional. Boo Boo es una obra madura, pulida y certera. Es synth pop de sentimiento retro, nutrido por décadas pasadas, aunque en ningún pasaje suena vetusto. En cambio, emana espontaneidad y desenvoltura.
Pese a su status de diosa del indie y el alt-country, Neko Case no se duerme en los laureles y regresa con nuevos bríos en Middle Cyclone, un compendio de sus propias obsesiones. Una, en especial, es el eje del disco: la naturaleza. Los otros tópicos del álbum (los animales, la noche, la tierra) se desprenden de ella. ¿Ecológico? Claro que sí, pero como sólo la brillante pelirroja puede hacerlo.
Cuando un cantautor quiere concebir melodías cálidas y acogedoras en su piano, ni siquiera el despiadado frío nórdico puede contra él. Gustaf Spetz emerge desde Suecia con su primer disco, Good Night Mr. Spetz (Imperial, 2009), un autosaludo que evidencia lo personal de su propuesta. La necesidad del músico por transitar en solitario quedó clara cuando –el año pasado– abandonó a Eskju Divine, banda con la que editó dos álbumes y que se disolvió al no resistir su partida.
La mayoría de las bandas detesta las etiquetas, tanto como la prensa adora ponerlas. A los suecos de Heavïness no le gusta que los denominen como shoegazers, pero, ¿existe un mejor término para definir su sonido? La respuesta es un rotundo no. Escucharlos es revivir lo mejor de aquella movida: guitarras armadas de un arsenal de efectos, voces lánguidas y atmósferas melancólicas. Un revival totalmente fidedigno al original.
Elbows es la panacea para quienes colapsan con tanta música en la red. En tiempos en que el exceso de información abruma a cualquiera, este sitio funciona como un eficiente buscador. ¿La premisa? Fácil, la página agrupa a miles de blogs que –previa inscripción– aparecen en el home (que se actualiza segundo a segundo) con el último posteo que subieron. Ideal para encontrar novedades.
SIR SAMUEL - VIZÉ PLI O
Daré por terminada mi adolescencia el día en que deje de llorar de la risa con Roberto Manfinfla y ya no me den ganas de cabecear '96 Quite Bitter Beings'.
Más revival shoegazer, a cargo de un trío de Los Angeles. Esta canción pertenece a Devotion Implosion, su segundo disco, editado hace apenas tres días.
Oscura, trasnochada y magnética. Esta joyita abre su EP Purpleface, lanzado en febrero a través de Secretly Canadian.
El bagaje de un grupo -o de sus integrantes, antes de unirse- es la base de la impronta que logran. En el caso de Grammatics, la nueva promesa de Leeds, la explicación para su sonido radica en tres factores: su amor por el post-hardcore de Fall Of Troy y At The Drive-In; un desdén compartido hacia la extrema simpleza de Arctic Monkeys y los deseos de hacer música con auténtica progresión narrativa. El producto de aquellas inquietudes es algo que ha sido calificado como post-pop y/o complicated pop music. Una serie de etiquetas que intentan describir su propuesta grandilocuente, dramática y pomposa.
A Violeta Parra la escuché tanto como a los Beatles. Cuando descubrí ‘El Gavilán’, me di cuenta de que ella hacía rock desde el folklore. Sentí que era como PJ Harvey, pero desde el campo, desde un lugar lleno de naturaleza, muy intenso y contestatario. Me impresionó. Era como escuchar música del futuro: con mucha raíz, pero con visión.
En un repentino arrebato de preocupación estética, acabo de cambiar el diseño de este blog. Desde ahora, la lectura será más amable y todo estará más ordenado. Tenía ganas de postear algo -para estrenar esta flamante plantilla- y 'Ópticas Ilusiones', el nuevo single de Nano Stern, es una buena opción. Si le queda gustando, sepa usted que puede bajarla gratis en la web de Radio Uno, la emisora más escuchada en el living de mi casa.