“Nunca le digas lo que piensas a alguien fuera de la familia” le aconseja Vito Corleone a su hijo Sonny, en la primera entrega de
El Padrino. Eso dicta la ética tradicional del rudo siciliano. Alborosie viene de la misma tierra que los capos mafiosos, pero su modus operandi devela un total desprecio hacia la ortodoxia. El rastaman no tiene empacho en profesarle al mundo las ideas que le rondan. Tampoco pierde horas de sueño en cómo expresarlas, sino que las ordena con simpleza y claridad, acompasándolas en un reggae de escuela clásica. Nacido en una isla, pero radicado en otra –la ínsula jamaiquina-, el europeo se ha empapado de la idiosincrasia antillana y hace patria con
Escape From Babylon, su segundo disco.
Los trucos bajo la manga del italiano son varios y, aunque ninguno destaca por novedoso, sí distinguen al vocalista como un hombre ancla confiable en la tarea de animar un elepé. Alborosie hace juegos con su voz, cita a Marley, samplea a Dennis Brown y Horace Andy, le dedica una oda a la marihuana (“No cocaine”) e increpa a líderes como Obama y Berlusconi. Un pastiche de satisfactorias ramificaciones, especialmente cuando se revisita el ska sesentero en “Mama she don’t like you” y hasta el cuello más indolente se balancea. Escape From Babylon no cambiará la historia de la música, pero sí alborozará decenas de minutos. Con eso basta y sobra.
Super 45 | Agosto 2009
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