Sería fácil atribuir la responsabilidad de esta metamorfosis a Geoff Barrow. El hemisferio izquierdo de Portishead fue el productor del álbum (salvo algunos aportes de Chris Cunningham y Craig Silvey) y su amor por los Silver Apples, evidenciado en Third, también se transfirió al ADN de los otrora caricaturescos ingleses. No existe otra explicación para la odisea llamada “Sea within a sea”, aquella hazaña de ocho minutos con la que el grupo vaticinó que sus ambiciones no conocían límites. Pero el mérito también es de The Horrors. En Primary Colours, nos encontramos a los mismos melómanos revisionistas de hace dos años, con la salvedad de que ahora aprendieron a seleccionar sus influencias. Y les vienen como anillo al dedo.
Super 45 | Agosto 2009
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