"I'm introduced to Anna. Dick brings her to the pub on a night when Barry isn't around. She's small, quiet, polite, anxiously friendly, and Dick obviously adores her. He wants my approval and I can give it easily, loads of it. Why would I want Dick to be unhappy? I wouldn't. I want him to be as happy as anybody has ever been. I want him to show the rest of us that it is possible to maintain a relationship and a large record collection simultaneously. "
Ser ratón de discoteca hace que uno le tome cariño a los otros, a los olvidados por la historia y por los recuentos de fin de año. Recuerdo que en 1997 todo era OK Computer, Homework o Urban Hymns. Jamás escuché hablar de Victory Parts, la segunda placa de los escoceses ac acoustics (sí, se escribe con minúsculas). Aunque contaban con el beneplácito de la prensa y Brian Molko, su fan, les hacía toda la promo posible, la banda pasó sin pena ni gloria. Una pena.
Ahora que se confirmó la venida de Madonna y que se rumorea la de Sonic Youth, es una buena instancia para recordar un momento musical que los unió a los dos. En algún minuto de 1986, Thurstoon More, Kim Gordon, Lee Ranaldo y Steve Shelley (todos miembros de la mítica banda neoyorquina), se unieron a Mike Watt de The Minutemen y formaron Ciccone Youth.
Reconozco que soy un huérfano de The Postal Service. En mi banda sonora personal, Give Up pesa mucho más que cualquier disco de Dntel o Death Cab For Cutie, y siempre me hago falsas esperanzas cuando leo acerca de un posible retorno del dúo. También, me he dedicado a buscar música que ocupe el lugar que dejaron vacío Ben Gibbard y Jimmy Tamborello, así es como llegué a Frou Frou, Le Chevre y Plastic Operator.
Inara George tenía una cuenta pendiente conmigo. Su proyecto The Bird and The Bee, a dúo con el afamado productor Greg Kurstin, poseía todas las credenciales para impresionarme, pero nunca fue así. Después de eso, le perdí la pista. Sin embargo, hace una semana empecé a escuchar An Invitation, álbum que editó junto al genial compositor Van Dyke Parks, amigo de su fallecido padre y mano derecha de Brian Wilson en el imprescindible Smile.
Si dijera que moría de ganas de que Van She lanzara su debut, me convertiría en un mentiroso. A pesar de que me gustaban sus singles y remezclas, este cuarteto australiano nunca me quitó el sueño, por lo que pude escuchar V, el disco en cuestión, sin ansias ni ideas preconcebidas. Fue mejor así, porque me encontré completamente desprevenido ante una de las mejores óperas primas del año y lo único que he hecho ha sido disfrutarla.
Siento una incontrolable simpatía hacia las canciones que mencionan a otros músicos.
'Dos Cigarrillos', incluida originalmente en Desayuno Eléctrico (2005), es una de mis favoritas del extenso catálogo de Javier Barría. Me gusta porque parte de una premisa tan humana y visceral como honesta: el cuerpo también echa de menos. Entre tanto romanticismo fácil y poesía barata, la mayoría de los cantautores parece olvidar que existe una problemática sexual en los quiebres amorosos. Obvio que sufre el corazón, pero también hay hormonas de por medio.
¿Quién no ha deseado reventar una de Jack Daniels en algún cráneo cuando escucha esta canción?
¿Por qué los críticos musicales, periodistas o no, insisten con poner notas o estrellas en sus reseñas? Considero un acto de suma arrogancia darle un par de vueltas, si es que lo hacen más de una vez, a un álbum y tener el descaro de calificarlo bajo quién sabe qué parametros (en caso de que existan). Es decepcionante que mis contemporáneos caigan en este vicio, sin cuestionar siquiera su absurda naturaleza. Me refiero a la generación que administra todo tipo de sitios web. Los medios tradicionales, a mi parecer, ya son causa perdida en cuanto a generar información musical de calidad.
Lykke Li estuvo muy cerca, pero As In Rebekkamaria ha sido finalmente la diva escandinava que me ha robado el corazón, tal como lo hiciera Robyn el año pasado. La ópera prima de esta adorable musa nórdica, Queen Of France (2008), es un artefacto diseñado con trozos de encomiable electro pop, tan adhesivo como perfeccionista. Son cuarenta excitantes minutos, con beats que no dan tregua y un cúmulo de canciones que piden a gritos ser éxito. Ojalá así sea, porque los méritos le sobran.
Pedro Aznar canta a grito pelado en el living de mi casa. Me da risa, es como si mi señora madre con mi padrastro quisieran boicotearme. Cada vez que debo estudiar algo enredado para la U, giran la perilla del volumen hasta que las ventanas retumban y yo termino sin entender nada de lo que leo. Lo más doloroso es que escuchan buena música y eso me distrae más, así que tomaré represalias.
Este verano, para el Día de los Enamorados, varios blogs postearon 'Love' una canción supuestamente compuesta por Thomas Bangalter de Daft Punk. Al poco tiempo, la verdadera identidad del autor del tema fue revelada. Se trataba de Louis La Roché, un DJ británico cuyo sonido es idéntico al del house francés que fue grito y plata a fines de los noventa.
Lil Wayne es el autor intelectual del "fuck the police" más ingenioso que he escuchado en mi vida.
Me llamo Andrés Panes, me dicen Panda. Tengo 23 años. Estudio Periodismo en la Universidad de Santiago, aunque es sólo una excusa para dedicarme a ser melómano de tiempo completo. Soy Productor Periodístico de revista Extravaganza! y miembro del staff de POTQ.cl. Aunque suena ondero decir eso, en realidad sólo soy un nerd con miopía, sobrepeso y una incipiente calvicie.
