El sello nacional Cazador funciona desde el 31 de enero del 2008. Su nacimiento no pudo haber sido más austero, porque consistió en 20 copias artesanales de Ándate Cabrita, el álbum debut de Los Mil Jinetes. Cada una de ellas tenía una portada diferente, diseñadas todas por el músico Cristóbal Briceño y su novia, y fueron vendidas al módico precio de dos mil pesos, en una tocata en el Living del Centro Arte Alameda.
En ese momento, el también líder de Fother Muckers y el director audivisual Diego Sepúlveda se dieron cuenta de que, con un poco de convocatoria, bastaba para echar a andar una pequeña discográfica.
En algo más de dos años, la etiqueta ha logrado cortar la burocracia con la que habían lidiado antes, en Escarabajo, y establecer una pequeña empresa, donde poder controlar la distribución y tomar decisiones balanceando criterios mercantiles con artísticos. Venden los CDs que editan en las tocatas de los nombres que forman su catálogo, una paleta dinámica que se amplía con sumo cuidado viendo bandas en vivo y conociendo propuestas.
Así, han configurado un roster que incluye a Fother Muckers y Los Mil Jinetes, las dos apuestas de Cristóbal Briceño; Protistas, La Reina Morsa, Los Sudacas, Simón Cox (cantautor escindido de los disueltos Usuales) y también a TV Gamma, la primera banda que los busca -por su cuenta- para integrarse a la nómina de Cazador. Una discográfica que busca permanecer en la retina del público y no quedarse sólo en las buenas intenciones. La mediocridad no está en sus planes.
http://sellocazador.blogspot.com
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