29.3.11

El mapamundi de Milton Mahan

Multidisciplinario de excepción, Milton Mahan es como un personaje escondido de videojuego. Su nombre, convertido en garantía de calidad, está escrito en algunos de los emprendimientos locales más atrayentes de la actualidad como músico, productor y director de videos.

En cuanto a música pop chilena, 2010 pasará a la historia como el año en que Cristián Heyne asesoró los álbumes de los artistas más aplaudidos: Javiera Mena, Gepe y Dënver. Los dos primeros, confirmaciones de talento; los últimos, una revelación a todas luces, pese a contar con una entrega anterior (Totoral de 2008). Y es en el dúo de San Felipe, que goza de su mejor pasar gracias al disco Música, Gramática, Gimnasia, donde milita el otro personaje clave de la temporada pasada del escenario independiente nacional: Milton Mahan.

La contraparte masculina de Mariana Montenegro en Dënver compartió labores de producción, junto a Heyne, en la reverenciada última placa del tándem. Un elepé en el que también compuso, trabajó en arreglos corales y mezcla, además de cantar y tocar guitarra y bajo. Liberado online a fines de octubre, vía Sello Cazador, el larga duración venía precedido por el video del single ‘Lo que quieras’ y ha coronado su notoriedad con el posterior clip de ‘Los Adolescentes’. Ambos, dirigidos por él y Bernardo Quesney (“porque no teníamos dinero”, reconoce), acumulan casi 300 mil vistas en YouTube. “Es una forma de continuar el imaginario de la canción desde el interior y no como una reinterpretación, que es como se suele hacer”.

Nada mal para un músico autodidacta y realizador audiovisual sin formación teórica, aunque reconoce haberse “colado en alguno que otro cursillo”. A los 12 años, Milton Mahan empezó a practicar guitarra comprando cancioneros y tuvo su primera banda cuando era un quinceañero. “Hacíamos un punk melódico bien simplecito, nos llamábamos Malkriados”, recuerda. De ahí en más, el sanfelipeño ha ido recolectando influencias y expresándolas en diversas iniciativas. Aparte del dúo con el que editó Música, Gramática, Gimnasia, el veinteañero músico juega en solitario bajo el nombre de Nueva Orleáns y también integra otro dueto, De Janeiros.

¿Por qué todas sus bandas tienen nombre de ciudad? “No lo sé, me di cuenta harto después de esa coincidencia, alguien me la dijo. No era la idea, buscaba sólo una intención fonética, ahora no deja de ser divertido eso porque todos creen que hay algo detrás de eso y me gusta esa relación con la mitificación y la mentira”, responde. Las disimilitudes afloran al revisar, por separado, cada uno de los grupos. “En Dënver comparto la composición con Mariana y en verdad es todo bastante formal, en el sentido de que son canciones pop de lo más tradicionales. Me demoro mucho en dar con esa sencillez pop, nada puede fallar, ni la letra ni la música, eso no quiere decir que sea infalible. Nueva Orleáns es al revés, me di cuenta de que sin tantas manías también salían canciones y que eran de otro tipo, a esas canciones les puse Nueva Orleáns. Ahora, nunca tengo claro si compongo para lo uno o para lo otro, eso se decide después. Y De Janeiros es un proyecto que comparto con Pablo Muñoz (de $990) y que está enfocado básicamente en la producción, quería olvidarme de las letras y tener un proyecto que buscase únicamente un sonido”, explica en detalle.

Para Milton Mahan, 2010 partió con la edición el mismísimo 1 de enero -a través del netlabel nacional Michita Rex- del disco Plateado de De Janeiros y las casi inmediatas comparaciones con Animal Collective, de parte de una prensa musical escasa de referencias para hablar sobre la propuesta del álbum. “No me parece que tengamos mucho en común, la principal diferencia, creo, que es que ellos son mucho más ‘sicodélicos’ y nosotros somos más ‘espaciales’. La verdad, nunca los tomamos como referencia a la hora de hacer los temas, pero el que crea eso, bien. De todas formas, son una gran banda”, declara. “Lo bueno es que con Pablo, además, producimos otros discos. Entonces entramos en una faceta que al menos a mí me encanta, trabajamos masterizando el último EP de María Perlita, ayudamos a los chicos de Michita Rex y ahora estamos full terminando de producir el LP de Fakuta”.

A los pocos meses de lanzar Plateado, el multidisciplinario artista estrenó el video para ‘Música y Discos’, un single bajo el nombre de Nueva Orleáns junto a Fakuta, mientras el clip del sencillo ‘Montreal’ de De Janeiros ya aparecía en blogs indie que se rendían a los pies de cualquier cosa que llevara el nombre y apellido del sanfelipeño. Beneplácito justificado en terreno, al que también cedió Manuel Elgueta (alias Maifersoni) quien le envió material vía MySpace para que lo revisara. “Yo sólo había oído de él por Super 45, pero no estaba mayormente interiorizado, me mandó unas maquetas de lo que estaba trabajando, me lo bajé, me encantó y le dije que nos juntáramos”. Así, los dos finiquitaron el disco Telar Deslizante, otro acierto de Milton Mahan como productor, su rol favorito. “Es el momento musical que más disfruto", confiesa.

Con las credenciales obtenidas, el veinteañero puede reírse tranquilo de cuando recién llegó a Santiago, después de haber congelado la carrera de Arte en Valparaíso, y del tiempo que pasó trabajando en un local de donuts (“me explotaban, pero era feliz porque comí tantas como había soñado toda mi vida”, cuenta). Asimismo, alista la edición en formato físico de Música, Gramática, Gimnasia de Dënver en España, por el sello Federación de Universos Pop. En tierra ibérica, el dúo es visto como plato fuerte del indie chileno, con menciones destacadas en los bullados artículos que el diario El País y el sitio Jenesaispop.com publicaron sobre el pop independiente criollo.

“Es fome que muchos medios locales sigan teniendo que esperar que venga el reconocimiento de afuera para poner atención en lo que se hace acá, me parece que hay mucha pereza en el medio periodístico, con algunas excepciones, claro”, opina Mahan, consultado al respecto. “Este buen momento lo vivimos trabajando mucho, ha implicado una logística bastante mayor a la que estábamos acostumbrados, así que ahí vamos agarrando el ritmo. No podría decir necesariamente que los buenos comentarios hagan de esto un negocio rentable, hace falta algo más. Sobre todo porque la escena es pequeña y en muchos lugares, como el mismo San Felipe, lo que hacemos sigue pareciendo demasiado extraño, pero ahí uno se las va ingeniando, creo que de eso se trata”.

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