El nuevo grupo de Thomas Pridgen, el ex batero de Mars Volta, salta olímpicamente las vallas impuestas por los géneros clásicos. ¿Metaleros, progresivos, punks? Cuando las etiquetas fallan, la música triunfa.
Aburrido de lidiar con el ego descarriado y las manías de Omar Rodríguez Lopez, el baterista Thomas Pridgen dejó The Mars Volta en 2009, luego de tres años, dos discos (“The bedlam in Goliath” y “Octahedron”) y un Grammy a mejor performance de hard rock por una canción prácticamente suya (“Wax simulacra”). Para llenar el vacío, reclutó a dos amigos de su época en la Berklee College Music, donde estudió becado cuando era apenas un quinceañero, con una idea en mente: formar su propia banda. Los elegidos fueron el guitarrista Nick Brewer y la cantante Viveca Hawkins; un rockero delirante y una voz de estampa soul conocida por colaborar con Cee-Lo Green, MF Doom y Talib Kweli.
Dos meses después de abandonar The Mars Volta, Pridgen ya estaba embarcado, junto a sus cómplices, en el proyecto al que poco después llamarían The Memorials. Comandado desde el sillín de la batería, el grupo tomó vuelo ejercitando en vivo y puliendo un estilo desordenado -con un alto grado de improvisación- y a la vez virtuoso, impreso en su homónimo disco debut, editado a comienzos de 2011. Si bien el álbum recibió comentarios dispares, sobre todo de críticos consternados por los patrones rítmicos de sus canciones, los shows de la banda fueron aplaudidos de forma unánime por la energía desbordante que transmitían.
No era para menos. The Memorials suenan como un tornado que se lleva consigo la clase de Buddy Rich, la personalidad de The Bellrays y el anhelo de ruido de Jimi Hendrix. Comparaciones que parecerían una hipérbole de no ser por un pequeño gran detalle: Thomas Pridgen es un prodigio. Una rápida revisión de su biografía entrega los siguientes datos: toca desde los tres años, a los nueve ganó un concurso de batería contra competidores adultos, a los 10 se convirtió en el músico más joven de la historia en ser patrocinado por Zildjian, entre sus profesores figuran Walfredo Reyes Sr. (Santana) y Troy Luccketta (Tesla), y su enorme versatilidad le ha valido invitaciones de la cantante y actriz Juliette Lewis así como del rapero Mos Def, entre otros.
De un tipo con tamaño palmarés, lo único que puede esperarse es la excelencia. Y para conseguirla, nada mejor que una firme ética de trabajo incesante, un sistema cuyo nuevo fruto es el disco “Delirium”, aparecido en junio pasado. En su segunda entrega, The Memorials deja respirar al oyente y encauza el exceso de vigor hacia el desarrollo pleno de sus composiciones. Prueba viviente del avance es “Daisies”, una fenomenal canción de amor construida en torno a una guitarra lenta que abre paso a seis de los minutos más electrizantes de este año. Claro que, para apreciarla bien, hay que sobreponerse del shock que provoca ser noqueado por la mole rítmica que encubre su melodía pop. Tal como sus autores: difícil de clasificar, fácil de disfrutar. Sólo hay que subir el volumen.
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