24.4.10

High On Fire: El cielo es el límite

Entre cambios de productor y sello, quiebres amorosos y teorías conspirativas, High on Fire grabó su quinto disco, “Snakes for the Divine”. Elementos atípicos y disímiles, con los que el trío norteamericano ha configurado el mejor momento de su historia.

Las teorías de conspiración seducen a millones. Están expuestas en todos los formatos posibles, desde estudios académicos hasta charlatanes televisivos, dispuestas a explicar que la sociedad contemporánea responde al plan de una maquiavélica elite. Un compendio de ideas que aparecen en el tercer y cuarto disco de High on Fire (“Blessed Black Wings” y “Death Is This Communion”), pero que ahora cobran vital protagonismo en “Snakes for the Divine”, el nuevo trabajo de los norteamericanos.

Era de esperar que Matt Pike, asiduo lector de Lovecraft y amante del cine de aventuras, cayera de rodillas ante las obras del inglés David Icke, quien popularizara términos como la agenda reptiliana y su búsqueda de dominación mundial. El guitarrista y cantante encontró inspiración en el mito de que Adán y Eva no fueron los hombres originales, sino los primeros en aceptar la fusión de sangre humana con ADN de lagarto, para fundar una raza alien que –desde entonces- ha controlado al planeta.

“Basé gran parte de este álbum en esa teoría en particular. No es verdad, no es religión, no es nada más que una historia de ciencia ficción, de terror o como sea que quieran llamarlo. Es antiguo, implica aliens y muchas cosas que me parecen interesantes. Me encanta el hecho de que posiblemente sea cierto”, confiesa el líder de High on Fire al sitio BrooklynVegan.com. La fijación del músico también quedó plasmada en el arte del disco, ilustrado –como ya es costumbre- por Arik Roper, quien pintó a la mitológica Lilit envuelta en serpientes.

Pero, si bien contiene un eje manifiesto, “Snakes for the Divine” no es una placa conceptual. También lo cubren, de forma secundaria, otros tópicos, como el quiebre amoroso sufrido por Pike antes de encerrarse a grabar o Bastard Samurai, el cómic con el que se titula una de las pistas del flamante elepé. El trío avanza en sus búsquedas, con un afán incesante de mejoría respecto a sus aplaudidos lanzamientos anteriores, y por eso volvió a cambiar la mano asesora. El encargado, esta vez, fue Greg Fidelman (Metallica, Slayer, The (International) Noise Conspiracy).

“No teníamos un presupuesto de millones de dólares, como los que él acostumbra. Pero voló a vernos, escuchó uno de nuestros ensayos y dijo ‘haré que esto ocurra, los grabaré, chicos’. Y así fue”, cuentan en Heavy Metal Superfans. En comparación a productores anteriores, como Steve Albini y Jack Endino, el diestro ingeniero jugó un rol más activo. “Nos ayudó a organizar todo nuestro material, teníamos cerca de cuatro horas de grabaciones y tuvimos que compactarlas en 40 ó 50 minutos, así que le sacamos la grasa y lo arreglamos”, explican.

Otro cambio importante fue el término del contrato con Relapse y la firma con E1 (el rebautizo de Koch Records), quienes distribuyen sus lanzamientos vía Epic. Una movida que se tradujo en las mejores ventas alcanzadas por el grupo en su historia y que ha conseguido la esquiva mezcla de éxito de crítica con buenos resultados comerciales. Lanzado el 23 de febrero, “Snakes for the Divine” sólo acumula reverencias a su paso, desde revistas especializadas hasta publicaciones hipsters en internet, configurando el mejor momento en la carrera de High on Fire. El cielo es el límite.

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