23.9.12

Dinosaur Jr. - I Bet on Sky

Las caricaturas mienten como un político en campaña. John Lennon, héroe de clase obrera; Ian Curtis, alma atormentada; Cat Stevens, templado trovador. Pamplinas. Tan sólo son historietas, la realidad tiene muchos más matices. Por eso irrita la caracterización de J Mascis como un eterno adolescente. Sí, el líder de Dinosaur Jr. es un tipo retraído y tímido, rasgos confundibles con los de cualquier víctima de la edad del pavo, pero sus principales características púberes eran otras: la egolatría y el desorden con los que encaraba el trabajo de la banda hasta 1997. No hay luces de esa inmadurez en “I bet on sky”, el nuevo disco del trío.

Del caos, la falta de comunicación y los codazos entre J Mascis y Lou Barlow, sólo queda el mal recuerdo y una guerra de declaraciones cruzadas cuya bajeza parece el manual de los hermanos Gallagher. Hoy, coexisten en armonía las fuerzas que antagonizaban a fines de los 80. Y no sólo comparten espacio sin chocar: también se potencian entre sí. “I bet on sky”, como todos los discos de Dinosaur Jr., partió en la cabeza, dedos y guitarra de Mascis. Sus maquetas fueron a parar a las manos de Barlow y Murph, quienes decidieron grabar juntos la base rítmica de bajo y batería en su estudio análogo, una casa con habitaciones repletas de micrófonos, cables y perillas.

El registro, noble y casi sin post producción, propala el misterio de la afinidad creativa entre los miembros del grupo; tres cuarentones que superaron sus mañas, y que están juntos por gusto y no por necesidad. El tercer disco post reunión de los de Amherst, Massachusetts, continúa la senda de “Beyond” y “Farm”, pero en un tono melancólico que se emparenta al intento solista de Mascis, el acústico “Several shades of why”, aparecido el año pasado. Apenas unas pocas canciones del manojo escapan de esa norma: las breves ‘Pierce the morning rain’ y ‘Rude’ (uno de los dos aportes de Barlow como compositor). ‘I know it oh so well’, con sus guiños funky, y Murph luciéndose en tom toms, es otra que arranca de la aflicción.

El resto es parejo en el mejor sentido de la palabra. “I bet on sky” avanza sin mayores sobresaltos, se mantiene estable dentro de su excelencia, y ofrece la seguridad de que no habrá errores de ningún tipo. Tal vez la letárgica ‘Almost fare’ sea el único paso en falso, porque lleva al extremo la neurastenia dominical que en otros cortes (como ‘Stick a toe in’) permanece a raya, pero tiene un solo de J Mascis capaz de acallar cualquier asomo de reclamo. Su guitarra con trémolo también ilumina ‘Don’t pretend you didn’t know’, el espléndido tema inaugural, adornado, además, por un clásico teclado mellotrón.

Tras la segunda contribución de Barlow, ‘Recognition’, más conectada a la energía del disco, llega lo mejor: el cierre con ‘See it on your side’. Seis minutos y medio de agridulce despedida, muros cayéndose a pedazos, peligro de trauma acústico y esa tristeza que sólo un desadaptado como J Mascis transmite con credibilidad. Enorme, un paso más cerca de su querido Neil Young, y distanciado por años luz de la mayoría de sus contemporáneos –los que sobrevivieron- que ahora rentan de épocas pasadas. Si existe la nostalgia por épocas jamás vividas, y lugares nunca visitados, puede sentirse mediante Dinosaur Jr. y “I bet on sky”. Sus canciones son un medio de transporte que siempre llega al mismo sitio: nuestro hogar.

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