25.9.12

La Big Rabia: Viriles antes que pueriles


Lo fácil sería decir que La Big Rabia perdió ese impulso inicial que lleva en su nombre, la furia que dominaba su primer EP, aptamente titulado "La bestia", y que en este momento el dúo está domesticado. De lo social a lo amoroso, de la contingencia pública a la privada, Sebastián Orellana e Iván Molina cambiaron de tópicos, y por ende su música también fue transformada.

Pero eso es reducir los hechos. Durante su presentación en Señal Escudo, las canciones de "Congo zandor", el primer larga duración de esta pareja de guitarra y batería -apoyada en vivo por el tecladista Daniel Baeza-, matizaron lo que de otra forma hubiese sido más aguerrido, aunque también más parejo y plano. La diferencia aflora de inmediato: si antes los conciertos de La Big Rabia empezaban con 'Nuevo discurso rabioso' (una diatriba), ahora parten con 'Somos dos' (una bienvenida).

Distintas entre sí, las dos placas del tándem hacen un excelente conjunto cuando se alternan sus canciones, como ocurrió la noche del miércoles 12 de septiembre en Onaciú. 'El bonita' funciona al lado de 'Oh! María'; 'El supremo' junto a 'Nenita, yo realmente te amo', y 'Canción de amor' pegada a 'Dios'. Canciones que emergen desde la molestia, desde la incomodidad. Viriles antes que pueriles, Orellana y Molina enarbolan el estandarte del rock como terapia, como sahumerio para ahuyentar los demonios, y de paso, despertar una que otra conciencia dormida.

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