Son una institución que se revalida por sí misma. Los incombustibles Melvins vuelven a la carga con “The Bride Screamed Murder”, la pieza número 18 de un inventario vertiginoso e impredecible, pero siempre fiel al instinto.
Demasiadas ideas flotando en el aire, muchas ganas de aprehenderlas y poca memoria para almacenar. No queda otra que vivir anotándolas en papeles y hacer listas; decenas, cientos, miles. Según Buzz Osborne, su esposa está aburrida de encontrar hojas con apuntes en cada uno de los rincones de la casa. El fundador y líder de Melvins tiene un radar de ocurrencias que no lo dejan tranquilo hasta que las plasma en un disco. “The Bride Screamed Murder”, el nuevo trabajo en estudio del cuarteto norteamericano, fue el escenario perfecto para desahogar la imaginación.
Como es tradición, la banda trasvasijó un arsenal de obsesiones, manías e inquietudes en su música. La decimoctava placa de los de Washington acusa recibo de la frenética movilidad creativa del grupo, aunque sin dejar de lado la impronta clásica que han cultivado desde su formación, a comienzos de los ochenta. “Si tomas a Captain Beefheart, George Clinton con Funkadelic y Lenny Bruce, los pones en una batidora y haces que toquen heavy metal, saldríamos nosotros. Aunque en realidad no es nada de eso tampoco. Nunca nos preguntamos qué es lo cool, sólo consentimos lo que nos gusta y hacemos bien”, explicó el frontman al sitio ArtistDirect.com.
El hirsuto King Buzzo mantuvo las antenas alerta en la recolección de las piezas que usó para armar “The Bride Screamed Murder”. La placa arranca con ‘The Water Glass’, una canción de cadencia militar que replica los cantos de marcha; posee momentos jazzísticos en ‘Hospital Up’; versiona y recodifica ‘My Generation’ de The Who (reverenciados por Melvins, a lo largo de su historia, como una influencia vital) y cierra con ‘P.G. x 3’, haciendo referencia a la película “The Proposition”, cuya música y guión fueron escritos por Nick Cave.
Sin repetir ni equivocarse, Melvins han forjado a pulso el prestigio de impredecibles que los convirtió en banda de culto y al que siguen honrando con fervor. “No tenemos un guión que acatar ni tampoco grupos hermanos. No me siento cómodo en ningún genero. Hay que elegir lo que es bueno y lo que te habla, eso puede venir desde cualquiera. Si Mötley Crüe saca un disco la próxima semana con los elementos que encuentro increíbles, sería el primero en comprarlo porque nunca hay suficiente calidad como para ponerse tan selectivo. Si alguien hace algo que me gusta, no me importa quién es, aunque sea Justin Timberlake”, afirmó Osborne a MetalSucks.net
“Si lo que estás buscando son melodías pop luminosas y refrescantes, à la Green Day, no ocurrirá con nosotros. Si lo que deseas es heavy metal estricto o death metal al estilo Florida, no ocurrirá con nosotros. Si lo que quieres es stone rock de monedero con cadena y un montón de tipos con barba de chivo, no ocurrirá con nosotros. No cabemos en esos trajes”, advierte King Buzzo. “The Bride Screamed Murder” es el tercer disco del grupo junto a los miembros de Big Bussiness (Jared Warren y Coady Willis) y un nuevo trofeo en la vitrina del sello Ipecac. ¿Alguien habló de longevidad?
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