17.10.13

Pedropiedra - Emanuel


La lista de términos relacionados a la carrera de Pedropiedra es enorme. CHC, junto a Nea Ducci y Sebastián Silva, fue el grupo de sus inicios. Ahora en solitario forma parte del sello Quemasucabeza, donde también militó en Caravana, el supergrupo de Rodrigo Santis de Congelador con Fernando Milagros y Felicia Morales, entre otros. Aunque su proyecto paralelo de mayor visibilidad es “31 Minutos”, en cuya banda oficia de batero. Incluso los baladistas Sin Bandera están conectados al cantautor de cejas hirsutas: Leonel García, el rubio mexicano del disuelto dúo, trabajó en su debut homónimo de 2009. Pero nadie pensaría en asociarlo con Miguel Bosé… hasta escuchar “Emanuel”.

En ‘Granos de arena’, un dúo con Gepe -otro con el que es fácil establecer un nexo-, el parecido con el divo español asombra. Y para bien: Pedropiedra adopta las muletillas vocales de Bosé y las inserta en una canción rica en detalles (tiene incluso un microscópico guiño a “El bueno, el malo y el feo” de Ennio Morricone) de dinámicos cambios cuyo mejor segmento es una fantasía de disco y funk que podría estar firmada por Los Amigos Invisibles, Jamiroquai o los últimos reivindicadores de ese sabroso estilo, los Daft Punk vía Nile Rodgers de ‘Get lucky’.

‘Granos de arena’ es una de las pistas centrales de un álbum que, para bien y para mal, ha sido promocionado por sus colaboraciones con los imprescindibles de San Miguel: aparte de Gepe, canta Jorge González. Su aparición en ‘Seres’, el tema que cierra, es un clímax con todas sus letras; un momento de auténtica solemnidad. El problema es que el intenso ex Prisionero le da un énfasis a lo que dice (“dolor”, “desesperación”, “lágrimas internas”, “fiebres de la mente”) que, en la inevitable comparación de estilos, hace lucir en extremo impávido y poco expresivo a su anfitrión. Sale airoso el invitado, pero el dueño de casa queda algo disminuido tras la visita.

Tampoco es un golpe bajo: antes de la despedida, Pedropiedra establece sus credenciales como un músico fiable que amerita seguimiento. Especialmente como letrista, aspecto donde ha crecido en forma notoria (la base inicial ya era firme), probablemente a raíz del talentoso entorno que lo rodea. En ‘Eclipse total’, verdadera partida de “Emanuel” tras una obertura homónima innecesaria que no aporta a la narrativa del disco ni ayuda a capturar la atención, desenfunda rimas impredecibles y comparte una abundante reserva de imágenes opiáceas. Encaja “brillo de imán” con “rayos de volcán”, y en el coro dice estar “transmitiendo desde el mar olas de telepatía / que rebotan en pirámides egipcias”.

Las vívidas confesiones de “Pedropiedra” y las peripecias tipo Marcela Paz de “Cripta y vida” encuentran su evolución lógica en “Emanuel”, una obra de cualidades cinematográficas en la que –no es coincidencia- trabajó Álvaro Díaz (“31 Minutos”, “Plan Z”, “El factor humano”) como una especie de asesor creativo. Se podría musicalizar un video exhibiendo las molestias que causa la publicidad electoral en las calles, e idealmente la posterior destrucción de panfletos, usando la contingente ‘Carteles gigantes’. Y la enternecedora ‘Luna luna’, cantada desde la perspectiva de un perro enamorado de la luna, podría cobrar la forma de un cortometraje si algún director se entusiasma.

La brújula está calibrada y apunta a la dirección correcta. Incluso en forma literal: ‘Lima’, una balada cebolla donde la guitarra es tratada como en un tema de Zalo Reyes, le da valor romántico a una capital que erróneamente ha sido menospreciada en nuestro país como un destino turístico. Los viajes siguen siendo un asunto de interés para el cantautor. El deseo de estar en otro lugar surge en el sencillo ‘Pasajero’ y persiste en la españolísima ‘Para ti’, un arrebato Gipsy Kings, dedicado quizá a la extinta progenitora que inspiró ‘Mi mamá’ en el debut, que deja ver que Pedropiedra no siempre anda con cara de póquer (“no sé sonreír y mucho menos llorar”, desliza en “Paraguas y máscaras”), sino que también se desfigura por la emoción. Así debería mostrarse más seguido.

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