17.2.11

Dadalú: La hora del té

Por fin Dadalú debutará en largaduración como solista. Período, su venidero disco, muestra a la cantautora desenvolviéndose en clave retro y revitalizando el ideario de las bandas con féminas en la voz.

Miembro de Colectivo Etéreo, World Music, Pat Smear, Iris y Julia Rose. Colaboradora de Sokio, Tonossepia y Gepe. La novela por entregas de Daniela Saldías (en adelante, Dadalú) comenzó a escribirse en los primeros años de la década pasada y ahora está a punto de publicar su volumen más importante: Período. Un disco solista anhelado por la cantautora y esperado por quienes la vienen conociendo hace más de un lustro. La placa será liberada para descarga a través de dos netlabels nacionales: Michita Rex, la casa de proyectos tan interesantes como Maifersoni y De Janeiros, y Ponk, el sello que cobija a Deplasticoverde, Francisco Pinto y los retornados Les Ondes Martenot.

Pese a lo auspicioso de los datos, la protagonista de la historia está nerviosa por dejar a merced del escrutinio público una batería de temas que considera parte suya y que no responde a cánones contemporáneos. “Andaba pegada con lo retro súper sesentero, onda Phil Spector y la muralla de sonido. También con orquestas así como la de Herb Alpert, Lalo Schifrin, Hugo Montenegro o los soundtracks de Hair de Galt MacDermot y Mad Monster Party de Maury Laws. Por eso grabé en el estudio de Pancho Straub (ingeniero de Guiso, Los Prisioneros y Yajaira, entre decenas más) en una sola toma. Quería lograr algo tipo Tapestry de Carole King”, asegura.

“Yo hice esas canciones porque siempre compongo, pero nunca pensé que terminarían en un disco. Fakuta me incentivó ene, ella es ordenada, no como yo. Es que soy súper dispersa, siempre ando en hartas cosas, pero me cuesta concretizar. Tenía la inquietud de las bandas, cuando chica me gustaba el punk y apenas entré a estudiar música, más me enamoré de los grupos. La primera vez que hice una tarea así para la carrera, me sentí la raja. Me puse a ensayar con amigos, con mi hermano chico, con mi pololo (Jorge “Coco” Cabargas, ex batero de Tobías Alcayota y actual Bongo Bongo). Entró en mi mente la idea de capturar todo al mismo tiempo, porque encontré muy esparcido grabar uno por uno, yo quería que fuera en vivo. Lo que tocábamos era lo mismo que tenía guardado en demos”, cuenta la cantautora.

Y así fue. En septiembre de 2009, Dadalú comandó dos días completos de sesiones en las que plasmó el grueso de las 10 canciones del disco, sin contar los scratches de DJ Vaskular (colega en Colectivo Etéreo), trompetas y el cello de Felicia Morales (frecuente colaboradora de Vapourboat y Gepe). Para conseguir el dinero restante, que le permitiera dejar listas las voces y el resto de la instrumentación, la novel solista pidió un Fondart con la ayuda de Sokio, quien finalmente la acogió en un cubículo casero en su departamento para terminar aquel menester, luego de que el proyecto no fuese aprobado. Entre un paso y otro, hubo un hiato de semanas a raíz del terremoto, culpable de que las paredes de adobe del recinto de Francisco Straub se cayeran.


Con un excedente de contratiempos, la opción de la cantante y compositora fue tomar el control y mezclar junto a su novio, pese a no saber cómo manejar Ableton Live, el software necesario para hacerlo. “No cachábamos nada, pero fuimos tan obsesivos que del primer single (‘Gracias’, disponible para descarga desde ya) hicimos 47 mixes. Nos demoramos porque yo no quería sonar como rock chileno, tipo Chancho en Piedra o Los Tetas, que me gustaban cuando chica, pero ya no. Mi música está en una delgada línea, si la dejo de cierta manera, puede quedar igual a las canciones de grupos así. Tenía ganas de que la batería sonara bajita, como las de la Nueva Ola, que no quedara encima de todo sino entre medio, con textura media porosa. Las trompetas también, yo deseaba que fueran finas y con honor, así como cuando te vas a tomar una tacita de té, que sonaran de porcelana. Las cosas no quedaron tan bien grabadas, eso nos trajo algunos problemas, pero los traté de resolver yo misma en vez de decir ‘papá, ¿me prestas caleta de plata?’ Ni cagando, con qué cara, si ya estoy vieja. Tengo 28 años, sigo estudiando después de haber sacado Traducción en la USACH, ahora estoy terminando Música en Projazz, que es lo que siempre quise”, confiesa.


Las canciones de Período distan de las facetas anteriormente mostradas por Dadalú, que pueden encontrarse en la red dentro de los recopilatorios del extinto sello Neurotyka o en bootlegs de los Pat Smear en vivo. El álbum denota el afán de su artífice por reivindicar la nobleza de las solistas de antaño, en vez de ahondar en experimentaciones rap o electrónicas, los géneros con los que primero se emparentó la artista. “Tengo miedo de que la gente no entienda nuestra mezcla, pero mi disco es muy significativo. Para mí es importante y también es un riesgo, algunos que lo han escuchado me preguntan por qué suena así, me expongo a esas cosas porque la música es pública. La gente que critica discos aplica la concepción de lo que encuentra bueno o de lo que les gusta, si de repente no entras en esos parámetros, cagaste. Después nadie te pesca mucho o te dicen ‘oye, la hueá mala’. Tengo ganas de que surja porque yo estudio esto, aunque tampoco pensé el álbum desde la técnica, en lo único que me influenció la escuela fue en sonar de verdad, con instrumentos. No hubo tanta conciencia detrás de la arquitectura musical”, afirma.


De ese arrojo -más hormonal que lógico- nació también el nombre de la placa, que da cuenta del tiempo de aprendizaje que supuso su factura, pero también juega con el doble sentido. “La regla siempre me ha llamado la atención como hecho simbólico, onda sangrar una vez al mes y estar biológicamente predeterminado a sentir más. Al menos a mí me afecta caleta el ánimo y las emociones. Encuentro que tiene ene potencial metafórico porque es una vida que no fue. Me llama la atención que no se hable tanto de la menstruación y que sea tan tabú. Por eso el disco se llama así”, explica. Aunque los problemas hayan empañado buena parte del proceso, Dadalú está orgullosa de su primer retoño y lo defiende con cariño. “Tiene canciones que a mí me gustaría escuchar, súper pop, de amor, más convencionales y pasa por hartos estados. A mí me gusta, es honesto y también original porque no sé qué otra banda haya hecho algo igual. Tiene un sello y una personalidad, para bien y para mal”.

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