17.2.11

Pánico: Libre de contaminación

Son la voz más autorizada de Chile para hablar sobre independencia. Con disco nuevo bajo el brazo, el internacional “Kick”, y un proyecto paralelo en camino, la banda dicta cátedra sobre autonomía artística y alimenta su anecdotario viajando por el mundo.

A Edi Pistolas no le interesa pontificar. Tampoco lo necesita. 17 años de actividad musical avalan la palabra del cantante y guitarrista de Pánico, además de fundador de la banda, junto a Carolina Tres Estrellas. Con la bajista llegaron desde Francia, labraron a pulso una reputación que hoy entra en la categoría de culto, y terminaron de vuelta en París sin haberlo planeado, tras dos fallidos tratos discográficos que sólo fomentaron su convicción en la gestión independiente. Así, han acumulado material repartido en epés y seis discos de estudio. El último de ellos, “Kick”, confirma el prestigio de la banda con distribución en Inglaterra, Francia y Chile, a través de los prestigiosos sellos Chemikal Underground, Tigersushi y Quemasucabeza.

“Seguimos haciendo música aún porque tenemos el apoyo de mucha gente en Chile. Eso nos da fuerza para seguir la dura vida de una banda independiente en Europa, porque si acá es difícil, allá lo es mucho más. Lo que es muy bueno es que nuestro publico no sólo se ha consolidado, sino que ha ido creciendo y no es solamente generacional, abarca muchas edades. Eso es muy satisfactorio, fue la savia que nos permitió seguir creyendo, ha sido más importante de lo que se pueda pensar. Cuando venimos, en realidad llegamos a consolidar y cuidar la esencia y la base de lo que hacemos porque allá no somos un grupo de compatriotas, somos invitados, inmigrantes”, afirma Pistolas.

“En Francia nos fue muy bien con “Subliminal Kill (su penúltima placa, editada el 2005), pero después siguen llegando gran cantidad de grupos y rápidamente desapareces, que es lo normal. Por suerte, siempre los EPs que editamos y el hype nos mantuvieron tocando, pero la fuerza y la solidez del background que teníamos de ser un grupo fuerte acá es lo más valorizado en Inglaterra. Cuando escriben acerca de nosotros, nos definen como “indie superstars” locales. Tenemos importancia para ellos, pese a no ser tan conocidos”, plantea el músico. A Pánico, nadie le regaló el beneplácito de su tierra natal. La mitificación a la que ha el grupo ha estado expuesto, dentro y fuera del país, se debe al carácter pionero de su emancipación discográfica en los noventa al fundar Combo Discos.

“Yo creo que quizás, aunque otra gente lo hizo antes que nosotros, fuimos los primeros en decir públicamente que nos daba lo mismo que nos dieran plata para hacer un disco y que hacíamos lo que queríamos sólo porque nos gustaba. “Canciones Para Aprender a Cantar” (su segundo elepé, de 1997, tras debutar dos años antes en la EMI con “Pornostar”) costó apenas 150 dólares”, asegura el frontman. Como acto de consecuencia, la banda editó “Kick” en Chile bajo etiqueta Quemasucabeza, el sello de Congelador, otro ícono de la potestad. “Es un gran placer. Con ellos hasta tuvimos una reunión en Combo Discos para ver si editábamos su primer álbum. Al final, decidieron armar su propia firma. Desde entonces, han hecho un muy buen trabajo y sacaron el disco más importante de la música chilena, “Gepinto” de Gepe, que quedará por lejos como lo mejor que se hizo la década pasada. Les tengo mucho respeto”, declara Edi Pistolas.

Además de la traducción latina del post punk que implica su flamante entrega, la reciente placa del grupo supone la entrada de Pánico a un circuito cuya membresía es impensable para la media nacional. Después de una tocata junto a Sal P. (líder de los míticos punkers neoyorquinos Liquid Liquid) en Londres, los chilenos acordaron con Alex Kapranos y Paul Thomson de Franz Ferdinand, miembros del público en aquella ocasión, abrir los conciertos de la banda escocesa. Fue ahí donde entablaron una amistad que derivó en que “Kick” se registrara en el estudio de los europeos, con asesorías de ensueño: fue grabado por Paul Savage (ex baterista de The Delgados y colaborador de Mogwai, Arab Strap y The Twilight Sad, entre otros) y mezclado por Gareth Jones, responsable de trabajos de Wire, Depeche Mode y Einstürzende Neubauten.

Mientras el grupo pasea su flamante largaduración, prepara la salida del documental “Del Rock a la Eternidad”, que registra un viaje del quinteto por el norte de nuestro país, donde aprovecharon para descuadrarse de los esquemas tradicionales del formato canción. “Fue una búsqueda sonora libre sin límite de género, con el mismo afán curioso que ha marcado nuestra historia”. Después de un lustro sin grandes lanzamientos, Pánico se pone al día. “Para nosotros fue poco tiempo porque no paramos de hacer cosas. Lo que pasa es que la sociedad últimamente desarrolló una cultura donde todo es efímero y va muy rápido, se profundiza poco y no hay excavaciones del trabajo artístico por falta de tiempo. Las generaciones más jóvenes están metidas en ese rollo. Desde la música hasta las relaciones humanas, de todo esperan una satisfacción inmediata o si no, creen que no vale la pena”, afirma Edi Pistolas.

De ese ánimo templado, que no se deja llevar por la prisa ajena, nace un retorno tan nutrido de ideas como el que plantea el tándem de “Kick” y “Del Rock a la Eternidad”. Polo Sur y Polo Norte de un planeta libre de contaminación comercial. “Ahora, todo el mundo puede hacer música y tener su fama a lo Andy Warhol, pero en internet. Eso sí, de toda esa enorme cantidad de grupos que surgen, los que pueden defender su música en vivo son una minoría y los que poseen una visión conjunta, todavía menos. Eso genera que muchos simplemente pierdan la paciencia, dejen su carrera de lado, y así es como desaparecen. La filosofía “hazlo tú mismo” ha cambiado, puedes tener un sello y capaz que te vaya bien, también está la opción de no tenerlo y que te resulten las cosas igual. Con nada, puedes hacer música y promocionarla; con suerte, puede funcionar la raja”.

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