28.4.12

James Blunt: Salón de emociones

Cada vez son menos los cantantes que triunfan, a nivel masivo, sin actividades extramusicales. Imágenes que explotan la sexualidad, escándalos y romances están a la orden del día en el pop. Pero quedan algunos, como James Blunt, que todavía tienen más de artista que de celebridad. En su segundo concierto en Chile, el inglés irrumpe a pie, caminando hacia el escenario por la misma entrada del público, y pasa por el lado de las filas de asientos dispuestos en la cancha. Sorprendida, su audiencia queda encantada por el gesto, que despierta empatía inmediata hacia el británico antes de que la primera nota sea ejecutada.

En la tarima, una banda de cinco músicos espera a Blunt, empecinado desde su último disco ("Some kind of trouble") en mostrar que sus canciones también pueden ser coloridas. Lo comprueba interpretando algunos de sus singles más recientes, como "Dangerous" y "So far gone", en que resuelve con bastante soltura su rol de frontman. Más decibeles de lo esperado marcan la primera sección del concierto, que consigue despegar a la gente de sus sillas, justo antes de que los temas al piano instauraran el ambiente que la mayoría esperaba vivir.

"Out of my mind", "Goodbye my lover" y "High" fueron los temas encargados de recordar que James Blunt es, ante todo, un cantante romántico y sensible. Sin embargo, con apenas tres álbumes bajo el brazo, el inglés ya tiene repertorio para matizar la melancolía y calidad interpretativa suficiente para levantar espíritus alicaídos. "Turn me on", "Superstar" y en especial "I'll be your man" (con una cita a "I want you back" de los Jackson 5) fueron los momentos más alegres del show, pero también representan el triunfo de un solista que, sin grandes aspavientos, prueba que la música todavía se defiende por sí sola.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario