5.5.12
Yauch, el ideólogo que ya no está
Cuesta disociar a Beastie Boys de la inolvidable “(You gotta) fight for your right (to party!)”, un exitazo encumbrado hasta hoy como himno del hedonismo adolescente. En 1988, dos años después de que la canción apareció, Public Enemy dio vuelta la idea en “Party for your right to fight”, suerte de parodia inversa en que se le agregaba seriedad –llámese letras politizadas- a un original supuestamente irresponsable. Los mismos Beastie Boys dejaron de lado su hit durante varias temporadas, cuando cambiaron los polerones raperos por ternos a la medida, temerosos de que pudiera afectar su reputación. Todos estaban equivocados.
No habrá tenido agudos comentarios sociales, como los que vendrían después, pero “(You gotta) fight for your right (to party!)” advertía tempranamente que el trío neoyorquino pensaba fuera del molde. Que, en vez de sólo describir la fiesta como los grupos glam, preferían convertirla en causa de proselitismo, riéndose de ellos mismos y del resto. El primero en darse cuenta de que había caído en su propia broma fue Adam Yauch, fundador del grupo e ideólogo de sus acciones. Una de sus últimas actividades, antes de perderse del ojo público, fue dirigir un cortometraje en honor a los 25 años del tema, en que aparecen Will Ferrell, Jack Black y Elijah Wood, entre muchísimos otros, personificando a los Beastie Boys.
De voz grave y rima flemática en comparación a la de sus compañeros, Mike D y Ad-Rock, el recién extinto músico siempre fue el más agudo y rápido a la hora de pensar. Su cabeza fue el lugar donde nació la banda, cuando ni siquiera era mayor de edad, así que reclutó gente que lo siguiera. Tuvo buen ojo: a sus dos colegas los sacó de bandas sin mucho futuro en la escena hardcore. Y qué decir de los DJs que fichó: Rick Rubin fue uno de los primeros, antes de convertirse en un solicitado productor requerido por Metallica tanto como por Shakira, y al último de ellos, Mix Master Mike, lo bajaron de un campeonato mundial (DMC World DJ Championships) por miedo a que lo ganara por cuarto año consecutivo.
Conocido también por su alias rapero, MCA, Adam Yauch moldeó a los Beastie Boys a imagen y semejanza de sus convicciones. Generoso, usó su fama en beneficio de otros, en vez de acaudalarse y acumular trofeos. Se vio en hechos concretos apenas lanzado el exitoso “Check your head” de 1992, que llevó a la creación del sello Grand Royal, en el que aprovecharon la plataforma millonaria de Capitol Recordings para editar a grupos más jóvenes. Budista practicante, Yauch pasaría la época de gloria del trío, tras el multiventas “Ill communication” de 1994, preocupado de que el Tíbet lograra independizarse de China. Primero levantando la voz mediante su propia ONG, Milarepa Fund, y después organizando los eventos Tibetan Freedom Concert para juntar fondos de la mano de U2, Rage Against the Machine y Radiohead, entre otros.
Es incierto el futuro que le espera a Beastie Boys después de este golpe. Las características voces chillonas de Mike D y Ad-Rock se valían, en gran medida, de la templanza aguardentosa de MCA para lucirse. De seguir, lo que antes los hacía únicos ahora sería plano. Pero el problema, más que musical, está en la médula de los chicos bestia como banda. Son, desde este momento, un cuerpo malherido. Falla el bombeo de sangre desde el corazón, hay daño en los dos hemisferios del cerebro. Diagnóstico desolador: Adam Yauch no está más y nadie podrá reemplazarlo. Así de simple. Así de triste. Así de cierto.
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