14.5.12

Matías Cena y Los Fictions: Cimas y valles

El sexteto se sacó los guantes y se ensució las manos en una sesión que repasó casi todo “Arauco Cajun”, su último disco.

Claro que sería más cool fingir naturalidad, o hablar de country rock nacional como si fuera algo cotidiano, pero lo sensato es sorprenderse y sentir curiosidad. Tener banjo, mandolina y, especialmente, lapsteel en acción no es cosa de todos los días. Que Matías Cena & Los Fictions usen estos instrumentos se ha destacado al hablar del sonido de “Arauco Cajun”, su recomendable lanzamiento de este año, pero en vivo también llama la atención porque es lo primero que salta a la vista. Podrá ser habitual en Estados Unidos, sin embargo, acá en Chile es toda una atracción.

Bien lo dijo Pancho Reinoso, el conductor de Rockaxis TV, durante el programa, cuando apuntó que el grupo pareciera estar “en una isla”. Cierto. Habrá que visitar San Bernardo y Nos, donde según Cena está la verdadera escena de country rock de nuestro país, para saber si esa isla tiene más habitantes. Por lo pronto, los puntos de comparación inmediatos (parodias del género tipo Los Bandoleros o Andrés Lecaros y Los Forajidos) fortalecen la idea de que Matías Cena y Los Fictions son animales únicos en su especie.

Salvo el tema “El sol se esconde en Pudahuel” (del álbum “A todos nos mintieron – Luxemburgo vol. 2”), la sesión del grupo en Onaciú fue un repaso casi íntegro de “Arauco Cajun”, editado bajo etiqueta Algorecords y producido por Alejandro “Perrosky” Gómez, con “Borradores” como única omisión. Aunque hubo otro elemento del disco que la banda dejó en casa: la compostura de aquel registro. En vivo se sacrifica, se reemplaza por más desorden y cojones, por los gritos del guitarrista Patricio Cena al hacer segundas voces (“Fácil y complejo”, y por el clímax de “La voluntad” (que en vez de terminar con versos susurrados de “Poison heart” de los Ramones, ahora lo hizo a punta de alaridos con “In the pines” de Leadbelly).

Ni el pasado hardcore de Matías Cena, ni las poleras de Iron Maiden y Misfits que vestían él y su hermano, hacían presagiar semejante disposición al arrojo en vivo. Rockaxis TV mostró una faceta del sexteto que sólo estaba reservada a los asistentes de sus conciertos: “El día internacional de Gagarin” sonó más densa que nunca, nada que ver con su angustiosa versión original, mientras el cierre con “La reina de las magnolias” se convirtió en un arrebato punk, que dejó el ánimo de Onaciú listo para el show que Bonzo daría pocos minutos después en Bar Loreto.

Por supuesto que el lado calmo del grupo, cuyo líder alguna vez fue un meloso cantautor folk, sigue presente en canciones como “Arqueólogos y escapistas” o “El espacio en el salón”. Esos devaneos forman las cimas y valles de la isla despoblada que habitan Matías Cena & Los Fictions. Un lugar donde la música es pintura costumbrista de una sociedad que nunca existió, un país imaginario en que el sur de Chile y Luisiana son un mismo lugar, y los miembros de The Band son igual de jóvenes que Ryan Adams & The Cardinals y Bright Eyes. “No dejaré que mis tierras sean robadas”, afirman a la defensiva en “Arauco Cajun”. Nadie los moverá de ahí.

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