19.5.12

Cada vez más músicos lanzan sus propios festivales

Nombres como Metallica y Jay-Z son los últimos en sumarse a esta tendencia, cuyo ejemplo insigne de éxito es el Lollapalooza de Perry Farrell.

Desde que se desató la crisis de la industria musical, los conciertos han sido un salvavidas para el bolsillo de las bandas y solistas fichadas por sellos. Los recitales representan un negocio seguro y de mejor proyección que el de la venta de discos, porque -a diferencia del CD que es imitado por el MP3- no hay tecnología capaz de emular la experiencia de una canción en directo. Sin distinción entre piratas y compradores, cuando a una persona le gusta mucho un artista, finalmente debe pagar una entrada por escucharlo en vivo.

La coyuntura obliga a presentar la oferta más atractiva. Ahora la meta es lograr la mayor convocatoria posible, y es por eso que los festivales están a la orden del día. En el último año, hemos vivido en Chile encuentros como Lollapalooza, Maquinaria, Metal Fest, Mutek y Neutral, dedicados –en distintas escalas- a complacer a un público que cada vez siente menos distancia hacia lo que pasa en el primer mundo.

Una tendencia en boga durante las últimas temporadas, y que bien podría llegar a nuestro país eventualmente, es que músicos de renombre funden y organicen sus propios festivales. Jay-Z anunció recientemente que, los días 1 y 2 de septiembre, llevará a cabo el suyo en Filadelfia. Apenas hecho el aviso, el rapero buscó titulares diciendo que invitaría a Barack Obama a cantar al evento, bautizado como Made in America y auspiciado por una marca de cerveza.

Mientras al esposo de Beyoncé todavía le quedan varios meses de espera, Metallica por otro lado ya inician la cuenta regresiva para ser los anfitriones de Orion Music + More, el festival que realizarán este 23 y 24 de junio en Nueva Jersey. En cada jornada, la banda organizadora tocará completos dos de sus discos más importantes (“Black album” y “Ride the lightning”, respectivamente), y será cabeza de cartel en una planilla que también incluye a Sepultura y Arctic Monkeys, entre otros.

Aun más próximo en el tiempo está Millencolin 20 year (8 y 9 de junio), con el que la banda sueca de punk Millencolin celebrará en Örebro, su ciudad natal, los 20 años de su carrera con The Hives como invitados estelares. Una iniciativa similar –guardando las proporciones- a la de Pearl Jam en septiembre pasado, cuando conmemoraron el vigésimo aniversario de su álbum “Ten” en dos tardes junto a figuras del calibre de The Strokes y Queens of the Stone Age.

Otras bandas que han optado recientemente por esta vía son Wilco (Solid Sound), The Roots (Picnic), 311 (Pow Wow) y Dave Matthews Band (DMB Caravan). Sin embargo, pese a su actual proliferación, los festivales fundados por músicos están lejos de ser una novedad. El ya familiar Lollapalooza fue creado en 1990 por Perry Farrell como una gira de despedida para Jane’s Addiction, su banda. Esa misma década, el emprendimiento lo siguieron con bastante éxito Ozzy Osbourne (Ozzfest), Korn (Family Values) y Phish (bajo distintos nombres).

Con pocas excepciones notables, como “Curiosa” de The Cure que no logró el aforo esperado y sólo se celebró en 2004 , estos eventos suelen ser una carta exitosa que, pese al riesgo de la inversión, ofrece mayores ganancias que acoplarse a encuentros previamente establecidos. Pero son las audiencias las que mandan, y si el menú de certámenes de este tipo crece es porque, además de ser rentables, efectivamente satisfacen paladares y son la fantasía de quienes desean que todo gire en torno a sus músicos favoritos. Al menos durante un par de días.

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