27.4.12

Japandroids - Celebration Rock


Ahora escribieron más líneas que en su debut, “Post-nothing”, uno de los mejores lanzamientos de 2009, pero nadie podría decir que los Japandroids se han vuelto refinados para componer. “Celebration Rock” muestra al dúo de Vancouver, ciudad de la costa canadiense (de ahí viene ese dejo playero y soleado de sus canciones), suspendido en el mismo estado de perpetua post adolescencia de hace tres años.

Impúdicos y nihilistas como los conocimos, los vocalistas Brian King (guitarra y voz) y David Prowse (batería y voz) cometen un sacrilegio ante los ojos de cualquier tonto grave: lanzan un álbum inspirado por el festejo. Si se quiere, un disco ligeramente conceptual -aunque carente de los aspavientos intelectuales que caracterizan las obras de ese tipo-, maximalista porque llena de sonido todos los espacios y circular en tanto el grupo repite la premisa que tenía Spacemen 3: “tomar drogas para hacer música para tomar drogas”.

“Celebration rock” es una apología sobre aquello que se extingue y debe ser consumido con urgencia mientras dura: el fuego (suena pirotecnia al inicio y al final del disco, y la canción más electrizante se llama “Fire’s highway”), la noche (“The nights of wine and roses”, “Adrenaline nightshift”) y la juventud (en cada segundo de sus 35 minutos). Escuchar a Japandroids puede hacer la diferencia entre quedarse acostado viendo televisión o irse a un bar. El primer adelanto del disco, “Younger us” -aparecido como siete pulgadas a mediados de 2010-, justamente lidia con el deseo treintañero de volver a la época en que salir de madrugada y trasnochar no eran un sacrificio, y en que costaba menos tener amigos.

Fuera del juicio valórico sobre su hedonismo, que muchos podrían considerar excesivo, “Celebration rock” consigue poner la música donde se merece: de vuelta a su sitial como el mejor método para evadir la rutina. Canciones como “The house that heaven built” o “Evil’s sway” no están hechas para acompañar aburridas tardes en Facebook o Twitter, sino para ser vividas tocando guitarra y batería imaginarias, coreando y moviendo el cuello donde sea. Pobre del resto de la gente si te mira como si estuvieras loco. No saben lo que se pierden.

Al evidente fanatismo por The Sonics, Hum y The Gun Club (hay un cover de "For the love of Ivy"), Prowse y King sumaron a los indispensables The Replacements como un modelo a seguir. El resultado es magnífico. Si Paul Westerberg hubiese crecido escuchando el catálogo de Dischord Records, de seguro sonaría así. Contemporáneos del dúo, como The Gaslight Anthem o PS I Love You, caminan una senda similar; la diferencia es que Japandroids corren desaforados, zigzaguean y les importa un carajo si se rasmillan tropezando. Ellos siguen y siguen y siguen.

1 comentario:

  1. buena revisión del disco, si el tema es simplemente vivir el disco.

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