15.3.12

Joe Cocker: Energía renovable


Está erguido en forma tosca, mueve los dedos constantemente, se balancea con algo de torpeza y su rostro mantiene la expresión sufriente al cantar. A Joe Cocker todavía le quedan los gestos que inmortalizó en Woodstock con la Grease Band, esos que el genial John Belushi caricaturizaba en Saturday Night Live y que le valieron al cantante inglés un papel importante (aunque nunca protagónico) en el evangelio según Rolling Stone. A sus 67 años, y de canosa cabellera en éxodo, el de Sheffield se apoya en un grupo de seis instrumentistas blueseros y dos morenas con formación gospel en el coro, que lo ayudan a disimular el paso del tiempo en sus cuerdas vocales.

El truco funciona relativamente bien. No es fácil a ninguna edad salir del paso entonando versiones de "Feelin' Alright" (Traffic), "You can leave your hat on" (Randy Newman) o "Come together" (The Beatles), pero Cocker lo resuelve con dignidad. Después de todo, el cantante es por excelencia uno de los maestros del cover y un sobreviviente con todas las de la ley, pese a que se muestra cansado a poco andar el show. "Hard Knocks", el último disco de estudio del británico, no fue más que una excusa para que el solista viniera a nuestro país a hacer lo mismo de siempre: imprimir su aguardentoso sello en clásicos ajenos.

La sorpresa vino desde otro frente. Tras la empalagosa "Up where we belong", en que la corista presentada simplemente como Nikki se robó las luces y superó largamente a Jennifer Warnes, Joe Cocker sacó fuerzas de la nada para ganarse un espontáneo aplauso cerrado y de pie con "Unchain my heart" de Ray Charles. Cuando llegó el gran momento, "With a little help from my friends", el público ya estaba servido en bandeja de plata, envuelto para regalo. Un solo del teclista y los alaridos del inglés fueron el deleite de los que anoche llegaron a bañarse de nostalgia al Movistar Arena. Y ni siquiera fue el cierre. Al final, Cocker ganó la partida: el cansado no fue él, sino la gente. Varios se fueron antes de que el concierto acabara, y se perdieron sendos covers de Ella Fitzgerald ("Cry me a river") y Creedence Clearwater Revival ("Long as I Can See the Light"). Más sabe el diablo por viejo.

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