23.3.12

The Suicide Bitches: La granja VIP


“En 40 minutos pasaron más cosas que en cinco años en Chile”, cuentan The Suicide Bitches, recién bajándose del avión desde Texas.

Las bandas estadounidenses que venían a Chile siempre contaban que el público de su país era frío y que era mejor estar en Sudamérica. The Suicide Bitches dicen lo contrario. Se fueron al festival SXSW en Austin, Texas, y volvieron con otro aire luego de presentar allá su disco debut, “The Farm of the Suicide Bitches in Heaven”.

Por tercer año consecutivo, el evento contó con una comitiva chilena, compuesta esta vez por otros siete créditos locales: Javiera Mena, Astro, Alex Anwandter, Francisca Valenzuela, Rocío Peña, Ritmo Machine y Kali Mutsa. Acá está la experiencia del octavo nombre de la nómina.

¿Cómo llegaron a SXSW? No es fácil coordinar y financiar un viaje así.

Todo empezó cuando nos inscribimos las cerca de 12 mil bandas que en promedio participan anualmente para ser parte del festival. Luego vino la elección del jurado y nos llegó la invitación oficial a finales de noviembre pasado. Luego no quisimos comunicar nada hasta no estar seguros de poder ir. Participamos de un Ventanilla Abierta del Fondo de Musica del Consejo de la Cultura y las Artes. Paralelamente hicimos las gestiones de visa con la Embajada de Estados Unidos y cruzamos los dedos. Nos ganamos el fondo y el resto del dinero lo conseguimos gracias a una fiesta pro-fondos y a la donación de amigos.

¿Es verdad que se quedaron en una granja?

Sí, en Austin estuvimos alrededor de 10 días alojando en una granja tejana a la que fuimos invitados por Donna Harper, una amiga que tuvimos la suerte de cruzarnos en el camino.

Además de su presentación, ¿qué hicieron?

Todas nuestras actividades estuvieron enmarcadas en el show. En el festival estuvimos repartiendo las postales de descarga que llevamos. Hicimos contactos y nos acercamos a stands de distintas entidades que se instalaron en el Centro de Convenciones de Austin.

¿Y el show cómo estuvo?

Fue el 15 de marzo a la medianoche, en un pub irlandés llamado Riley’s, y superó nuestras expectativas. Llegamos un poco ansiosos, nerviosos, pero la hicimos. Tocamos fuerte, rápido y con toda la actitud. 40 minutos en donde dejamos una excelente impresión. Fue una gran ocasión para probar que nuestro disco está en gran forma y que tiene un potencial importante.

¿Qué tal la recepción del público?

El show para nosotros fue un éxito, la gente nos escuchó, nos aplaudió, nos vitoreó, nos gritaron el "olé, olé" y hasta nos pidieron otra. No puedo dejar de mencionar lo que un viejo rockero me dijo apenas bajamos del escenario: “Ustedes son lo mejor que he escuchado en la semana, son increíbles". Con esa frase me di por pagado. Además, en el público estaba un grupo de skaters que se embalaron con nosotros y gritaban "You rock, FUCK YEAH", ellos fueron los más entusiastas, nos abrazaban, invitaron tragos, pidieron la polera de nosotros, se llevaron el disco y quieren ocupar nuestras canciones en sus videos de skate. En esos 40 minutos pasaron más cosas que en cinco años en Chile. Habían unos punketas cabros chicos afuera que estaban con los ojos bien abiertos y nos hacían gestos, gente se acercaba y tocaba al Javier, nuestro batero, como si fuera Keith Moon.

De vuelta en Chile, ¿cuáles son sus planes?

En abril haremos una campaña de marketing, mientras el disco está en PortalDisc y en iTunes, para lanzar en mayo “The Farm of the Suicide Bitches in Heaven” en vinilo. Ahí se viene el show de lanzamiento, en el que pensamos proyectar un mini documental sobre nuestro paso por SXSW. Tocaremos en vivo unas pocas veces durante ese mes, junio y julio, pero cada presentación será una bomba, así que atentos. Nuestra música no tiene la intención de ser masticada, la escuchas una vez y te gusta o no. Simple, rápido, preciso, sin rodeos. Acá hay explosión, rabia y huevos.






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