1.3.12

Luis Miguel: Tan lejos, tan cerca


Hispanoamérica conoce a Luis Miguel desde que era un rubio y bronceado púber, aunque prácticamente nadie sabe quién es la persona detrás de la voz impostada y la sonrisa millonaria. Porque ese tipo vestido con traje negro a la medida que está bajo los focos de la Quinta Vergara no es una persona, sino un personaje robótico, distante y perfecto, demasiado perfecto para ser verdad. Sus canciones, que cada vez son más parejas, hablan del amor romántico como si fuera la mayor hazaña a la que un humano pudiese aspirar, casi una gesta heroica. Nadie se detiene a pensar en lo llamativo de la contradicción entre la actitud del solista y su música, porque la sola presencia del azteca basta para poner de cabeza a Viña del Mar.

Puede que los ídolos adolescentes arranquen gritos desaforados y agudos, pero nada de eso se compara a la bienvenida que recibe Luis Miguel, tras la introducción de su banda. Son las gargantas de al menos tres generaciones vitoreando al mexicano, cuyo show comienza tal como el que trajo en noviembre pasado a Chile con " Te propongo esta noche", "Suave", "Con tus besos", "Tres palabras"y "La barca". Letras confesionales que no se condicen con el carácter intérprete, pero que alimentan la fantasía en torno al astro. Un éxito y luego otro y otro, sin parar, conforman su cuarto paso por la Quinta Vergara, enmarcado en la celebración del trigésimo aniversario de su carrera.

"Por debajo de la mesa" y "Somos novios" pasan para deleite de la mayoría femenina, indiferente a la baja temperatura y a la hora (el show comenzó cerca de la 1 de la mañana), mientras que el dueto virtual con Frank Sinatra, "Come fly with me", muestra lo inextinguible que puede ser un gran tema pese a cumplir 55 años. Luis Miguel aspira al mismo tipo de inmortalidad, como demostraron las miles de personas que cantaron junto a él en el inclemente medley que incluyó "Palabra de honor" "Entrégate" y "La incondicional". Una postal que se repetiría a lo largo del concierto. ¿Quién es Luis Miguel? Nadie lo sabe, pero por eso todos quedan pidiendo más.

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