26.3.12

Trostrigo: Que patine la risa


Rodrigo Jorquera es Trostrigo, un veinteañero cantautor chileno radicado en Argentina, que acaba de estrenar el disco “Airealverso”. Producido por Diego Acosta y masterizado por Juan Stewart (Jaime Sin Tierra, Coiffeur), el álbum está disponible para libre descarga en el Bandcamp del solista, quien conversó con nosotros desde Buenos Aires.

¿Por qué te fuiste a Argentina? Cuéntame de tu vida allá.

Me vine a Argentina porque iba a estudiar Terapia Ocupacional en Chile y un día mi viejo en broma me dice “¿por que no te vas para Argentina?” y me entusiasmé, hice los papeleos de inmediato y acá estoy. Vivo en un departamento con mi hermano y dos amigas de Chile que conocí hace poco. Tengo un viaje largo para la facultad, y trato de andar lo que más pueda en bicicleta. Estoy cerca de avenidas importantes como Corrientes o Santa Fé y la señora tranquilidad se fue hace rato de acá. Todo va rápido, en cantidad y ruidoso.

Suenas más argentino que chileno, ¿siempre fue así o tiene que ver con tu estadía allá?

Muchas de las bandas que mas me marcaron fueron argentinas como Fun People o Eterna Inocencia. Eso sí, nunca cambié mi pronunciación ni mi tono; lo que sí hago a la hora de componer es ser neutral con el lenguaje, de ahí a tener un sello argentino, lo dudo. Estoy consciente de que el formato de música que hago en los discos es un poco diferente a lo que se esta produciendo en Chile, pero no responde a algo institucionalizado (que yo sepa).

¿Qué impresión notas tú que tienen, si es que hay una, los argentinos sobre el actual pop chileno?

Hasta acá llegaron Javiera Mena, Gepe, Chinoy, Fernando Milagros, Dënver, entre otros. He tenido la suerte de verlos en escenarios porteños y en lugares donde la capacidad ha sido rebalsada. El publico argentino es bastante respetuoso y abierto musicalmente, hay menos etiquetas musicales y también una comunidad chilena muy grande y organizada.

¿Ser chileno en qué te marcó estando allá?

En ser más crítico de todo, es inevitable comparar y fácil criticar, pero dice el viejo refrán “no muerdas de la mano que te da de comer” y no puedo no estar agradecido de todo lo que me ha dado este lugar. El ser chileno hace que se sumen palabras a las conversaciones porque siempre nacen preguntas de los locales relativas al porqué tantos venimos a este lugar.

¿En qué se distingue “Airealverso” de tu anterior disco, “Celebra”?

La confianza que tenía a la hora de grabar, la seguridad de que todo iría bien, luego en la gente que aportó instrumentalmente al proyecto (Johann Haedicke, Felipe Joffré y Diego Acosta) que son realmente buenos en lo que hacen. Diferencia grande es la variabilidad musical. Nos hicimos amigos con el productor, eso influyo en atreverme a sugerirle algunas cosas y llegar a buen puerto. “Airealverso” es un disco vegetariano (ya no hay bombo leguero por esa razón), que no se hizo con limitante alguna. El anterior es más simple y visceral. Ambos trabajos convergen en que hay una ambición sana de fondo: dejar un mensaje luminoso.

¿Cómo llegaste a colaborar con Juan Stewart?

El primer contacto con Juan fue en la primera sesion de grabación de percusiones en el Estudio; él acomodó todo en conjunto con Diego Acosta (productor), siempre es mejor tener más de un par de oídos en la cadena de realización del disco.

¿En Argentina formas parte de alguna escena o movida?

Realmente no sé si acá hay una movida… lo que aprecio es un circuito de gente de muy, pero muy diversos estilos que nos cruzamos cada tanto. La heterogeneidad es una estampa de acá y la cordialidad es su apellido. Me siento parte de ese circuito y tengo la suerte/privilegio de armar tocatas acústicas cada tanto en un bar amigo entonces siempre estoy invitando a bandas amigas y alguna que no conozca. Es bastante cálida la familia de la música por acá.

¿Es más fácil desarrollar una carrera musical en Argentina?

Tocar es fácil, ahora, de tocar a hacer carrera hay un gran abismo. Después de Cromagnon, los dueños de los lugares hicieron caer sobre los músicos los costos. Mientras puedas sustentarte de otra forma que no sea la artística, podrás mantenerte tocando en el under. Es común conocer a músicos virtuosos de acá que tienen títulos en otros rubros para poder hacer lo que realmente quieren.

¿A qué se debe el elemento lúdico de tu música? Se nota que va en serio, pero no se percibe tan estructurada o cuadrada como la de otros.

El humor es parte de la sinceridad. Me da desconfianza la seriedad que no vaya de la mano con la capacidad de reír. La risa abunda en la boca de los tontos y para los tontos como yo contagiar esta tontera es mas valioso que promulgar que las arrugas en la frente construyan camino.

¿Con qué músicos chilenos te sientes relacionado?

Algunos de los trabajos de BBS Paranoicos me identifican mucho como por ejemplo “Capital”, Marcel Duchamp también me marcó bastante, especialmente su álbum “Buscando luz de topos”. Gameover me trae muy lindos recuerdos y recuerdo que alucinaba con sus discos, especialmente con “Bipolar”. Gepe me influenció bastante y casi coopera cantando en mi disco, pero al final no resultó. Creo que en “Airealverso” se nota que hay respeto por quienes han marcado el camino, aunque también hay un espíritu de sonar fresco, de sembrar algo nuevo.


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