1.3.12

Luis Fonsi: Míster simpatía


Luis Fonsi no deja de sonreír, ni siquiera cuando entona su lacrimógena "Quisiera poder olvidarme de ti". Por su actitud risueña, el sanjuanero le cae bien a la prensa y a sus fanáticas, que se deshacen gritándole "mijito rico". Él responde gustoso, complacido por la aceptación que genera. Contento, señor, contento. Después de todo, ¿quién no estaría feliz consiguiendo fama y millones a base de ramplonería? Enfundado en estricto negro, tal como Luis Miguel y Marc Anthony, el solista es rodeado por dotadas chicas y musculosos tipos en "Me gustas tú", y después asegura que "estoy romántico todavía, en un ratito bailamos juntos".

La Quinta Vergara conoce al dedillo sus éxitos, como "Llueve por dentro" o "Imagíname sin ti", presentada con falsa modestia diciendo "no sé si se acuerden de esta canción". Luis Fonsi es un graduado con honores de esa academia centroamericana que fabrica solistas en serie, y maneja con precisión el arte de caer en gracia, sin salirse jamás de libreto.  Y su arsenal de ideas es tan corto como su estatura: toca uno de sus sencillos recientes, "Gritar", que habla sobre la felicidad con la misma escasez alarmante de recursos líricos con la que alguna vez tituló "Palabras del silencio" a uno de sus discos.

Pero a nadie le importa. El boricua baila en la pasarela, luego usa el escenario secundario dispuesto en la platea y los alaridos de sus devotas ayudan a ocultar que el sonido de su banda deja bastante que desear. Bandera chilena en mano, entona "Se supone", antes de ser asediado por fanáticas en su camino de vuelta a la tarima principal. La gente lo quiere, es innegable. El "monstruo" valora la simpatía, por algo Zip Zup la noche anterior se retiraba victorioso tras un show humorístico tan deficiente como Fonsi en lo musical. "¿Quién te dijo eso?", "Explícame" (con alusiones a "Bette Davis Eyes" de Kim Carnes), "Abrazar la vida" y "Respira" pavimentan el camino hacia el tercer triunfo del cantante en Viña. Un éxito que aumenta en forma proporcional a la cansina repetición de conceptos que el puertorriqueño explota. La ley del menor esfuerzo tiene un nuevo niño símbolo.

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