1.3.12

Juan Luis Guerra: Señal abierta


Con el debido respeto a las proporciones, la puesta en escena de Juan Luis Guerra es una suerte de “Zoo TV” de U2 a escala reducida y tropical. Se llama “Guerra TV” y es el concepto que engloba el último espectáculo del dominicano, que puso en la calle su nuevo trabajo, “Colección cristiana”, la misma noche de su presentación como número casi final de Viña 2012 (el evento fue cerrado definitivamente por las canciones ganadoras de la competencia).

La transmisión en vivo y en directo del imaginario canal se inició
cerca de la una de la madrugada e intercaló temas recién salidos del horno (“Son del rey”, “Las avispas”, “En el cielo no hay hospital”) con éxitos probados del calibre de “La bilirrubina”, “Bachata rosa” y “La cosquillita”. Juan Luis Guerra y ese combo hiperquinético que lo acompaña hace más de dos décadas, los 440, están acá para limpiar el nombre de la mancillada bachata, uno de los tantos géneros afro-caribeños que ejecutan con certera precisión, además del son y el merengue.

Al compás de “A pedir su mano”, la Quinta Vergara concentra todas las fiestas en una; matrimonios, carretes mechones, cumpleaños y un larguísimo etcétera. El hábitat natural del dominicano es cualquier lugar donde haya gente con ganas de pasarlo bien y sacudirse la mala vibra, y por eso el “monstruo” sintoniza feliz esta señal abierta, necesaria luego de un evento que, a lo largo de sus seis días, le sacó canas verdes al público por numerosos motivos. Juan Luis Guerra, confeso creyente, fue el buen pastor de miles de ovejas que no tenían ganas de volver trasquiladas a sus casas. A ver si Prince Royce
aprende alguna vez.

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