En todo Chile corre el año 2011, pero en la SCD de Bellavista el panorama es otro. Sobre el escenario, Enrique Maluenda presenta el espectáculo con su habitual calma, muy acorde a la audiencia que llegó a la grabación del disco en vivo de Ginette Acevedo y Valentín Trujillo. Desde el público, las cantantes Palmenia Pizarro y Gloria Simonetti aplauden con vehemencia apenas comienza el show conjunto, titulado "Desde el alma". Es una noche de amigos y también es el momento para desobedecer al calendario. La alianza entre la cantante y el pianista tiene como misión despertar la nostalgia por épocas pasadas, por los estelares musicales de radios como Minería y Corporación y, claro está, por el "Festival de la Una" (que el 2 de octubre pasado se despidió definitivamente en el Teatro Caupolicán).
Entre Acevedo y Trujillo acumulan horas de vuelo suficientes para pilotear con éxito una velada así. Su repertorio se inicia con "Emociones" y "En un rincón del alma", canciones que hablan de sobrevivencia y que, en "La voz de la ternura", son testimonio fehaciente de que los años entregan sabiduría y no pasan en vano. Así arranca un auténtico desfile de recuerdos, amenizado por el constante diálogo entre ambas figuras, que se toman el tiempo de comentar cada tema y reverenciar a sus autores. Con esmero, los dos se encargan de desempolvar clásicos populares y de poner en contexto sus elecciones, que van desde Piero ("Soy pan, soy paz") hasta el "Poema 15" de Pablo Neruda, pasando por Charles Aznavour ("La bohème") y Lucho Gatica ("La barca").
Los viajes de memoria emprendidos por Ginette Acevedo y Valentín Trujillo llegan a buen puerto, porque conmueven por derecho propio. Ya sea a través de los tangos ("El último café", "Cuesta abajo"), un vals de Marianito Mores o la bossa nova ("Corcovado"), el resultado siempre traspasa la fibra emotiva de los presentes. La categoría del pianista y el dramatismo que la cantante impregna a sus interpretaciones se amalgaman y quedan convertidos en oro puro. En un trozo de nuestra historia sonora. "Desde el alma" es una cátedra, en vivo y en directo, sobre la importancia de mantener siempre las emociones a flor de piel al momento de dar vida a una canción. Ya lo sabía Trujillo, quien debutó en 1958 con un disco bautizado "Un piano con alma". Certera, Acevedo explica que "este espectáculo se llama así porque así toca el maestro y así canto yo". Toda la razón.
Entre Acevedo y Trujillo acumulan horas de vuelo suficientes para pilotear con éxito una velada así. Su repertorio se inicia con "Emociones" y "En un rincón del alma", canciones que hablan de sobrevivencia y que, en "La voz de la ternura", son testimonio fehaciente de que los años entregan sabiduría y no pasan en vano. Así arranca un auténtico desfile de recuerdos, amenizado por el constante diálogo entre ambas figuras, que se toman el tiempo de comentar cada tema y reverenciar a sus autores. Con esmero, los dos se encargan de desempolvar clásicos populares y de poner en contexto sus elecciones, que van desde Piero ("Soy pan, soy paz") hasta el "Poema 15" de Pablo Neruda, pasando por Charles Aznavour ("La bohème") y Lucho Gatica ("La barca").
Los viajes de memoria emprendidos por Ginette Acevedo y Valentín Trujillo llegan a buen puerto, porque conmueven por derecho propio. Ya sea a través de los tangos ("El último café", "Cuesta abajo"), un vals de Marianito Mores o la bossa nova ("Corcovado"), el resultado siempre traspasa la fibra emotiva de los presentes. La categoría del pianista y el dramatismo que la cantante impregna a sus interpretaciones se amalgaman y quedan convertidos en oro puro. En un trozo de nuestra historia sonora. "Desde el alma" es una cátedra, en vivo y en directo, sobre la importancia de mantener siempre las emociones a flor de piel al momento de dar vida a una canción. Ya lo sabía Trujillo, quien debutó en 1958 con un disco bautizado "Un piano con alma". Certera, Acevedo explica que "este espectáculo se llama así porque así toca el maestro y así canto yo". Toda la razón.
*Título original
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