7.1.12

Jiminelson: Por ancho camino

Jiminelson no pide permiso, ni entra por la puerta chica. Su próximo disco, producido por Pedropiedra, será presentado en sociedad el próximo año con un show en Lollapalooza, ni más ni menos. Conversamos con el cantante y guitarrista Gustavo León, recién llegado de Norteamérica, sobre el auspicioso futuro que lo espera.

De placer y de negocios. Así fue el viaje de Jiminelson por México y Estados Unidos. En el camino, Gustavo León (el único miembro estable del proyecto), firmó un trato de Publishing con la casa editorial de Warner, pero también aprovechó para tocar. “Tuve la suerte de tocar con una banda gringa antigua, que se llama Constant Vigil, de puros señores de 50. Con ellos viajé y dimos cinco conciertos entre St. Petersburg, Sarasota y Virginia. Fue una experiencia relacionada al oficio. También me confirmó muchas cosas, fue un viaje largo, de un mes entero. Volví alegre y con más ganas. Fue muy lindo. También hice otras cosas. Un día manejé cinco horas enteras para juntarme con Jorge González y Pedropiedra en Miami. Sublime. Para un músico, o alguien que quiere dedicarse a grabar discos, no deja de ser algo importante. Yo creo que, a lo largo de los años, este primer viaje va a ser clave”.

Después del lanzamiento de “Serendipity Vol. 1” (2010), su tercer disco, quedó la impresión de que Jiminelson iniciaría una saga y que el siguiente álbum sería el otro tomo de la colección. Pero no será así. Lo nuevo del cantante y guitarrista se llama “”SUPREME” Love Themes”, un título que recuerda al mítico “A Love Supreme” de John Coltrane. Para su autor, la continuidad entre ambas obras existe, pero no es tan literal como para retomar un concepto que ya no lo identifica. “Sin duda es la continuación de una obra, sólo que no se llama igual porque esa época se fue. “Serendipity” es el pasado, un proceso mucho más largo, y no me gustaría redundar en eso. Lo que viene ahora es distinto, tiene que ver con lo que está sucediendo justo en este momento. “”SUPREME” Love Themes” está relacionado con el futuro”.

El 2012 augura buenas noticias para Jiminelson. Poco después de editar su cuarta placa, programada para el mes de marzo, el proyecto se presentará en el festival Lollapalooza como parte del cartel nacional del evento. “Hay hartas ganas de salir a tocar. Es un reconocimiento ser considerado en algo tan bacán. Siempre que hemos tocado en escenarios grandes ha sido único, así que Lollapalooza será especial. Haremos en vivo lo mismo que está en los discos, vamos a ir con sección de bronces y coristas. El nuestro debe ser uno de los staffs chilenos más grandes. Además, nos trataron bien, nadie nos dijo ‘oye, tienen sólo 20 minutos para estar en el escenario’”, afirma Gustavo León, llevándole las frecuentes quejas de músicos locales por el trato que reciben, cuando participan en megaeventos, de parte de las productoras.

“Hay gente que está igual de contenta que nosotros por nuestra presencia en el festival. Ese sentimiento es lo más noble, muchos se alegraron realmente. Sentir eso por otra persona es una forma bacán de vivir. Para mí, el concierto en Lollapalooza será una celebración con esas personas”. Siete años de carrera coronados por un álbum y un show en vivo. Tras declarar varias veces que no lograba sentirse cómodo trabajando en estudio, Gustavo León encontró al socio que le hacía falta: Pedropiedra. El solista -colaborador de Rodrigo Santis en Caravana, de Gepe y de Jorge González- fue el encargado de producir ““SUPREME” Love Themes” en su propia casa, donde también se registró el material que compone el disco, cuyo primer single (‘We Never Kissed Goodbye’) está disponible en línea.

“Grabar es un ejercicio que dista mucho de lo que es tocar en vivo, o de crear música. Grabar es como ir a la notaría. Para mí, nunca ha sido un arte en sí mismo el hecho de meterse a trabajar en un estudio. El arte viene antes o después, grabar es más circunstancial. No me tomo tanto tiempo en hacerlo, prefiero hacer otras cosas”, declara el rostro visible de Jiminelson, una banda que partió con la crudeza de “Yo, Jiminelson” en 2005 –grabado en formato de dúo entre batería y guitarra- y hoy usa máquinas en sus nuevos temas. “Usamos otros elementos, eso de principio hace que sea todo distinto. Fue más espontáneo que cualquier otro disco, pesqué cosas que antes pasaba por alto. Le hice caso a las señales que recibía. Escribí canciones sobre cosas muy pequeñas, sobre asuntos que quizás a nadie le pueden importar, porque creo que al final estamos hechos de esas cosas diminutas. No busco generalizar, sino situarme en lo particular, así que se me hizo muy personal”.

“Trabajar con Pedropiedra fue encontrarle el ajuste a esas diferencias, darme cuenta de que era posible lograr lo que yo me imaginaba. No me deja de sorprender, creo que es uno de los mejores productores que hay. Me escribió por MySpace diciéndome que le gustaba mi trabajo. Nos conocimos en conciertos. Escuchar su primer disco, mientras estuve en Buenos Aires, fue una de las cosas más alegres que me pasaron en Argentina. Es una persona súper amable, es casi imposible no hacerse amigo de él. Coincidimos finalmente ahora, en parte por mi interés en contar con su talento y por la buena relación que teníamos.”, asegura León, quien no escatima elogios para su asesor y los frutos nacidos de su unión con él. “Es un lujo trabajar así, con fluidez y simplicidad, sin darse 10 vueltas cuando te puedes dar cinco. Tenemos muchas cosas en común y una de ellas es ésa, traspasar el momento con la menor cantidad de histeria y urgencia, que lo único que hacen es afectar el material. En este caso, lo hicimos muy fluidamente, vivimos a dos casas de distancia. Ha sido una de las veces en que más cómodo me he sentido trabajando. Se escucha una buena intención, una liviandad en el ambiente. Apenas sacamos el primer single, la gente empezó a responder sin siquiera tener el disco. De verdad funciona”.

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