7.1.12

Rihanna - Talk that talk: Millas de viajero


Andy Warhol decía que, en el futuro, todos tendrían sus 15 minutos de fama. Pero la aparición de internet actualizó el adagio, y la nueva promesa es que ahora cualquiera puede ser célebre en la era de las redes sociales. Hoy en día, ser una estrella verdaderamente planetaria (a la usanza de The Beatles o Michael Jackson) es más difícil que nunca. Una de las serias candidatas al cetro global, Rihanna, acaba de exponer un nuevo argumento para expandir su transversalidad: el disco "Talk that talk", editado apenas un año después del exitoso "Loud".

Mientras viajaba por el mundo, embarcada en la gira "Loud Tour" (que todavía no termina), la cantante grabó las canciones de este nuevo trabajo. El que pestañea pierde en estos tiempos de olvido fácil y modas cada vez más pasajeras. Ya lo sabe la barbadense, quien ha lanzado nada menos que seis álbumes desde 2005, además de numerosas colaboraciones con Maroon 5, David Guetta y Eminem, entre otros. Permanecer en la palestra es la misión número uno de la solista, que en su última entrega vuelve a rodearse de taquilleros asesores, entre los que destaca el escocés Calvin Harris, productor del single "We found love".

La mezcla de mano de obra hace de "Talk that talk" un disco dinámico y rico en matices bailables (la progresión house de "Where have you been", el lascivo dancehall de "Cockiness (love it)"), que sólo se diluye cuando Rihanna baja las revoluciones y opta por baladas demasiado genéricas como para hacerle el peso al resto del material. El atractivo de que la intérprete redescubra la vulnerabilidad y el romanticismo, más que en lo musical, radica en la ventilación de su vida privada, que ya fue el hilo narrativo del álbum "Rated R" (aparecido después de su bullada ruptura con Chris Brown, caso de maltrato físico de por medio). Nada como la empatía que despierta una historia de superación para seguir amasando fanaticada.

Otro reflejo biográfico, dado el origen étnico de la solista y el personaje multicultural que cultiva, aparece en la inmensa cantidad de referentes que desfilan por "Talk that talk" y en la naturalidad con la que son manejados. Mucho más dúctil que Lady Gaga o Katy Perry, la barbadense suena espontánea acompañada por el rapero Jay-Z en el tema que titula el disco, sacándole partido a su acento caribeño en "You da one" o sampleando al grupo indie The xx en "Drunk on love". Mestizaje y sincretismo al servicio de la dominación mundial, comandada por una políglota de los estilos que ansía hacerse escuchar por el globo terráqueo entero. El trono del pop todavía está lejos, pero Rihanna lleva acumuladas, en tiempo récord, suficientes millas de viajero como para acortar el trecho.

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