7.1.12

Nano Stern - Las torres de sal

El preludio de las suites para cello de Johann Sebastian Bach, una de las piezas doctas más famosas de la historia, hace una aparición fantasmal en ‘Cuatro Vientos’ (el tema que abre “Las Torres de Sal”), justo cuando Nano Stern cuenta que “yo fui casi cuatro a la universidad, todo lo que me enseñaron ahora trato de olvidar”. Dicen que la única forma de acabar con la cátedra es conociendo a fondo su estructura y el cantautor, que prefirió viajar por el mundo en vez de quedarse en las aulas, ha hecho de la praxis su principal formación teórica.


Este disco es el cuarto en estudio del solista, pero viene precedido por dos registros en vivo (el DVD “En Casa” y el álbum “Live In Concert”) y tiene más que ver con esos trabajos que con el renegrido “Los Espejos” (2009). De hecho, fue grabado a la antigua en Sala Master: todos los músicos de una sola vez, sin mucha post producción, dejando que los instrumentos entren a cada micrófono para sonar lo más amplio y orgánico posible. Cualidad apreciable en la –literalmente- inmensa batería de ‘La Raíz’ o en la nobleza acústica de ‘La Felicidad’.


Trabajar así no es el único gusto que se da Nano Stern en su nuevo álbum. Hacia el final de la placa hay apariciones consecutivas de las dos voces de los imprescindibles Congreso: Pancho Sazo en ‘Naufragar’ y Joe Vasconcellos en ‘Lágrimas de Oro y Plata’ (que toma prestado el inicio de ‘Hijo del Sol Luminoso’). En todo caso, el lujo más grande del que puede jactarse el cantautor es exprimir el momento y con igual vigor expresar alegría (‘Décimas a la Viola’), tristeza (‘Flor de Cactus’) y tranquilidad (‘El Comienzo’). Está bien vivir para contarlo, pero vivir para cantarlo es mucho mejor.

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