7.1.12

System of a Down: Cuestión de tiempo


Cuando R.E.M. anunció su disolución, Michael Stipe dijo que una de las habilidades necesarias para ir a una fiesta era saber a qué hora irse. A System of a Down le falló el sentido del tiempo cuando, en su mejor momento, decidió hibernar. Pero anoche, en el Estadio Bicentenario de La Florida -donde se presentaron pese a que el alcalde Rodolfo Carter puso un recurso de protección por las molestias que estos recitales causan a los vecinos- la banda armenio-americana acertó en llegar a Chile para cumplir el deseo de miles de fanáticos que llevaban más de una década esperando verlos. Sin material nuevo que mostrar, pero con un repertorio más que probado, el grupo coronó en nuestro país su gira latina ante un público devoto.

Era cuestión de tiempo para que volvieran. El cuarteto dejó tantos huérfanos tras su prematuro paréntesis, iniciado en 2006 y terminado cuatro años más tarde, que todavía nadie ha podido llenar el espacio que dejó vacío. Esa mezcla de poderío e histrionismo, mezclado con letras políticas y un discurso incendiario, mantiene su vigencia tal como en esa semana del 11 de septiembre de 2001, cuando el conjunto encabezó las listas con su obra imprescindible, el disco "Toxicity".

Las canciones de ese álbum, como "Chop Suey!" y "Aerials", fueron revividas en la noche fría floridana con precisión milimétrica, junto a un abultado catálogo de temas de progresiones bombásticas e inesperadas. System of a Down puede jactarse de su intrincada dinámica grupal, en que el lucimiento se concentra en un cantante tan orate como operático, Serj Tankian, y en el guitarrista Daron Malakian, cuya habilidad instrumental pareciera no conocer límites. "¿Por qué siempre mandan a los pobres a la guerra?", se pregunta la banda en "B.Y.O.B". Mientras la rabia permanezca lozana, alimentada por el descontento hacia la política y las desigualdades, siempre será un buen momento para un grupo como System of a Down. Que el público quedara pidiendo más, luego del cierre con "Sugar", es el síntoma de que estas canciones siguen siendo necesarias.

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