7.1.12

Tomates Rocky: Rock jugoso y sicodelia de supermercado

El grupo nacional Tomates Rocky debuta para recordarnos que no todo debe ser tan serio y que, en cualquier momento, los transgénicos podrían llegar a invadir el planeta.

Nada es muy convencional en la historia de Tomates Rocky, banda santiaguina integrada por cinco amigos y que acaba de lanzar su primer disco. Titulado “De Malloco a su mesa”, el álbum está disponible para descarga libre en el sitio de Armatoste Brazo Discográfico, netlabel chileno estrenado recientemente. En el sello, este quinteto de apetitoso nombre convive con otros nueve grupos jóvenes, como The Suicide Bitches (los teloneros de Stone Temple Pilots en Chile) o Las Madres. Pero, a decir verdad, el debutante conjunto ofrece la propuesta más distintiva de la compañía, cuyo catálogo muestra otra clase de coherencia –y seriedad- estética y musical.

“Nacimos en un contexto de no tomarse mucho la cosa en serio, pero con una cuota de disciplina por el gusto de pasarlo bien, querer tocar y tocar, y echar la talla”, cuenta Nicolás Bowen, teclista y cantante de Tomates Rocky. Una aclaración que debe ser hecha de entrada, porque la banda usa el sentido del humor como su bandera de lucha, siguiendo –aunque no de forma literal- una postura semi cómica similar a la de rockeros criollos como Florcita Motuda, Sexual Democracia, Mauricio Redolés o Chancho en Piedra. Eso sí, para el grupo, su impronta tiene un nombre: sicodelia de supermercado.

Desde la familia de tomates invasores del espacio (y como si fuera poco, transgénicos y antropófagos) de su portada, “De Malloco a su mesa” sirve para exprimir el jugoso imaginario del quinteto, cuya vida está ligada a la herencia de dos teclistas. “Usamos un Casio común y corriente, pero llevando a su máxima expresión el sonido sintético que trata de emular un Hammond, como el de Ray Manzarek”, explica Bowen, quien reconoce que su fanatismo por The Doors dio pie a la formación del conjunto. He ahí la sicodelia. ¿Y el supermercado? “Nuestro gran referente es el maestro Rolando Urbina, un tecladista que se instalaba a tocar con un Hammond en las afueras del supermercado, una experiencia común de nuestras infancias. Luego de un tiempo de estar inventando canciones, nos dimos cuenta de que nuestro Casio tenía algo muy similar a lo que interpretaba aquel señor”.

Otras influencia que el grupo reconoce abiertamente es la de las antiguas canciones de los programas Sábado Gigante y Martes 13, canalizada en el gusto compartido por íconos más convencionales como Led Zeppelin, Pink Floyd o King Crimson. “No queremos hacer nada de forma elaborada, al contrario. Nuestro enfoque está en pasarlo bien y hacer que las canciones fluyan de forma natural”, afirma Nicolás Bowen. Algo que se nota en sus temas; por ejemplo, la letra de ‘Vo vela’ (que es la descripción de las cajetillas de cigarros) o ‘Martes’, donde invitan al rapero Tobito a rimar. Lo que podría sonar descabellado, a Tomates Rocky le parece lógico. “La música tiene muchas vertientes y hay que saber utilizarlas para lograr diferentes resultados”.

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