El grupo es Pasto, su debut se llama “Almendral” y el primer single lleva por título ‘El Cuatrero’. Por supuesto que no son de Santiago, sino de Los Andes, lugar que miran con ojo crítico, aunque lo prefieren a ojos cerrados por sobre la capital.
A mediados de la década pasada, Pasto grabó su primer demo. Fue en la comuna de Catemu. Específicamente, en un lugar que pocos imaginan ligado al rock: el estudio de Alex Cítrico, acordeonista del conjunto tropical La Noche. “La única mano era ésa, ahí en la cuna de la cumbia”, explican. Entre ese registro y “Almendral”, su reciente debut en larga duración, producido por Felipe Cadenasso (Matorral), los cambios han ido y venido en la cronología de esta banda nacida en Los Andes.
Pero, si hay algo que se ha mantenido (y alimentado con el paso de los años), es la contradicción vital que afecta al grupo porque, al igual que un adolescente, Pasto quiere ser único, distinto a todo lo demás. Y sin embargo, también desea encajar, pertenecer.
Cuando empezamos, en Santiago estaba la onda Algo Records, bien cool. En San Felipe, en cambio, todavía el metal y el grunge existían de una forma súper potente, igual que ahora –dicen-. Nosotros, para afiatar la banda, sacábamos covers de Los Iracundos y Salvatore Adamo. Nada que ver con el resto.
Una vez en la capital, en 2005 y siempre como visita, Pasto completaron “Amateur EP” asesorados por Algo Records y se lanzaron a compartir escenario con Ramires!, Guiso y otros ilustres de la época. También hicieron buenas migas con Los Coléricos y Bellyco, pero sobre todo con Matorral. Todo el avance quedó en nada cuando los dejó su baterista y no encontraron un reemplazante. “No hay mucha gente que toque en Los Andes o San Felipe y no queríamos codearnos con los que hacen metal y grunge”, afirman, “en su mayoría, son personas que no escuchan música, que están pegadas”.
Hubo una laguna de tiempo grande ahí, nos dejamos de juntar y estábamos chatos porque todo nos salía mal -recuerdan-. Pero, al final, si haces canciones y no las tocas, tampoco tiene sentido. Estuvimos dos años parados y volvimos el 2010 con un show en la SCD junto a Protistas. Es que el grupo siempre va a tener una razón de ser mientras las ganas pesen más que el desgaste.
Retomado el contacto con Cadenasso, ahora en el rol de productor, Pasto dio forma a su álbum debut en otro lugar con historia: la casa que Matorral tenía como centro de operaciones y que se quemó el verano pasado. El infortunio demoró la salida de “Almendral”, que finalmente vio la luz hace poco más de un mes, por descarga libre vía pastonline.cl.
De problemas sabe esta banda, que trabaja de forma inusual. “A Santiago sólo venimos para tocar, no tenemos el roce que da el circuito, así que por ese lado no tenemos mucho apoyo”, continúan, “pero no nos gusta el estilo de vida capitalino como para venirnos”.
Admiramos a los grupos como The Ganjas, que suenan súper internacionales, pero nunca seremos así –sentencian-. Somos de regiones, tenemos cultura AM de canciones cebolla y también de hits de los ’80. Tenemos un filtro que pretende darle tintes populares a lo que escuchamos, que va desde rancheras hasta Joy Division, desde Los Diablos Azules hasta The Smiths. Para nosotros, John Lennon y Bob Marley están a la misma altura de Rafael y Eduardo Franco.
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