Esquemas, reglas, decálogos. Palabras que no significan nada para Lerdo, una banda que en su tercer disco, titulado “División de oro”, actúa sólo por instinto.
A casi ningún músico le gusta definir su sonido, pero su obra termina hablando por sí misma sobre sus influencias y también acerca de qué otros artistas se emparentan con ella. Para los miembros del trío nacional Lerdo, la complicación va un poco más allá: simplemente no saben dónde acomodarse. “Cuando empezamos, partimos en el circuito hardcore más noise donde todo vale. Si alguien metía ruido por 50 minutos, estaba todo bien, pero ahora que fuimos un paso más adelante, nadie sabe si entramos entre metaleros o punks, estamos en el limbo. Es un cacho encontrar con quién compartir escenario”, reconocen.
Con nuevo disco bajo el brazo, titulado “División de Oro”, el grupo –cuyo hito más celebre fue ser elegido por Faith No More para telonear su gala de 2009 en el Teatro Caupolicán- pasó de ser un quinteto a perder a dos de sus integrantes. Quedó así la base de guitarra (Claudio Acuña), batería (Javier Álvarez) y bajo (Mauricio López), sin un cantante que oficiara como frontman. Y, según ellos, “como era muy difícil encontrar a otra persona en la misma sintonía, o sea, que se riera de las mismas estupideces, decidimos cantar todo nosotros. Ha sido choro como entrenamiento, en especial en vivo, porque van cambiando los timbres y los focos de de atención”.
Al contrario de “Caleido abra scopio” y “J.E.KO”, sus dos primeros álbumes (editados respectivamente en 2006 y 2008), la tercera placa de Lerdo incorpora batería –antes sólo programada- a la suma de elementos que ofrece el conjunto. Otra particularidad de “División de Oro” es que la impronta de la banda se despojó de su complejidad previa, en cápsulas sonoras más simples, aunque mejor trabajadas. Hay riffs distinguibles y la misma potencia de las entregas anteriores. “Hacemos lo que nos gusta porque nos gusta la música extrema, meter ruido. Cuando ensayamos, el volumen está súper fuerte y nunca nadie se baja, sino que se suben los otros. Lo que hacemos progresa de forma natural hacia un caos que sentimos que está bien”, aseguran.
Asunto aparte para el grupo es la presentación en CD de “División de Oro”, en un pack con dibujos del ilustrador Gabriel Garvo, que además de destacar por su forma pentagonal ofrece regalías extra (como entradas y bonus digitales) a los afortunados que adquieran los ejemplares marcados con tinta dorada. “A todos nos gusta la cultura de los videojuegos, de abrir algo y encontrar pósters, códigos para descarga, stickers. Así que decidimos hacer lo mismo, para que el disco se convirtiera en algo interesante”, dicen.
“Cuando partimos, hablábamos de que nos gustaría ser de culto y no populares. Simbólicamente, Electrodomésticos nos llama la atención como banda, por la parada que tuvieron en su época”, confiesan al ser consultados sobre qué pretenden lograr con su música. Y como los miembros de Lerdo se autoproclaman “ñoños, piolas y antirockstars”, no tienen reparo en asumir que “nos gustaría ser esa clase de cosas que le gustan a los que no escuchan música y se la pasan jugando en una consola, para que abandonen de una vez a Sonata Arctica y Blind Guardian”.
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