7.1.12

Lollapalooza: Volver al futuro


La mera confirmación del primer Lollapalooza chileno bastaba para que, hace un año, el universo melómano se conmocionara. Luego, el anuncio del cartel en enero pasado disparó las expectativas sobre el festival gracias a una abultada oferta de nombres. Y el sueño americano fue cumplido en dos jornadas, a comienzos de abril, con shows de alto calibre como los de The Flaming Lips, Deftones y Kanye West. Pese al colapso del escenario instalado en el Teatro La Cúpula, y a la molestia que causó la venta de entradas 2x1 a pocas horas del evento, el debut de la importada franquicia musical pasó la prueba de fuego en cuanto a organización e infraestructura, y sentó un precedente de rigurosa calidad para su futura versión.

Ese momento, el de rendir cuentas acerca de lo aprendido, se acerca a paso firme. Recién bajado el telón de Maquinaria, un encuentro de tono revisionista y énfasis en las guitarras, el nuevo line-up de Lollapalooza destaca por la vigencia y diversidad sonora de varias de sus bandas y solistas. Tanto así que algunos como el quinteto de rock Cage The Elephant o el rapero inglés Tinie Tempah bien podrían entrar al saco de los anónimos ante el ojo masivo, cuando en realidad se trata de jóvenes artistas de creciente popularidad en el mercado anglo. En franco ascenso también están el productor electrónico Skrillex (colaborador de Korn en su venidero disco) y el grupo californiano de pop Foster the People. Todos son nativos de la era YouTube, que en gran medida le deben su notoriedad a la viralización de contenidos en línea.

En la parte superior del cartel, los dos nombres que lideran la nómina 2012 del festival acunaron su prestigio en los 90 y son muy queridos en Chile, pero actualmente enfrentan la veteranía desde trincheras diferentes. En su primera visita al país, Foo Fighters llegará en un momento de bonanza artística y comercial; Björk , en cambio, pisará nuestro suelo por tercera vez, desprendida del pop que la hizo famosa. Les siguen otros que abandonaron la complacencia, aunque jamás al extremo de la islandesa: Arctic Monkeys y MGMT , figuras icónicas del comienzo de milenio, ambas empecinadas en alejarse de su exitoso sonido inicial. Esperadísimos por el público criollo, los cuatro cabezas de serie comparten una férrea convicción en el trabajo propio, premisa de Perry Farrell al crear el evento.

Asoman también como posibles triunfadores Thievery Corporation, Calvin Harris, Gogol Bordello, Morodo y los resucitados Illya Kuryaki and the Valderramas, todos de probada eficacia en escenarios locales. Otros hitos en potencia son la influyente Joan Jett, escoltada por su banda, The Blackhearts; la presencia de Chino Moreno, el vocalista de Deftones (en esta ocasión al mando del proyecto electrónico Crosses ), y las delicatessen del universo indie: Band of Horses y TV on the Radio. En total, este nuevo Lollapalooza contempla cerca de 60 presentaciones en vivo y una sola misión: superar el debut. Los próximos 31 de marzo y 1 de abril, la búsqueda será complacer a decenas de miles de personas, pero mirando hacia el futuro y oponiendo resistencia, en la medida de lo posible, a los dictámenes del negocio de la nostalgia.

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