8.1.12

Nuevacosta: Sentido contrario


Cuando está más de moda que nunca condenar a MTV, llega una banda que se bautiza en honor a Jersey Shore y que apela al pop chileno de los noventas como una de sus influencias: esto es Nuevacosta.

Polvo a polvo, ceniza a ceniza. Nuevacosta no salió de la nada. Pese a tener cerca de un año de vida, el grupo le debe su existencia, en buena medida, a proyectos que datan desde mediados de la década pasada. Tres de los cuatro miembros de Nuevacosta probaron suerte juntos por primera vez en TV Gamma, empalme encabezado por Pol Infante luego de lanzar un disco solista, bajo el seudónimo de Efectos Espaciales, y ser parte de los recordados Compiuters. Disuelto TV Gamma, y con Infante fuera del mapa, los restantes músicos continuaron el trabajo conjunto y sumaron a la tecladista Karin Gildemeister a sus filas. La nómina es completada por Angelo Santa Cruz en voz, bajo y guitarras, Gian Paolo Gritti en batería y Daniel Bande en sintetizador.

Entre los cuatro, intentan armar un panorama de lo que pasó desde que se juntaron hasta que, a fines de agosto, subieron como descarga gratuita su primera entrega, el EP Costabrava. “En algún momento vivimos todos en el mismo edificio. Nos juntábamos a tocar muy libremente, sin pensar en hacer un disco”, cuentan, aunque no todo lo que hacían era improvisar ensayos. “Antes de tener la banda, nos juntábamos a escuchar música en nuestras piezas. Podía sonar La Ley, Lucybell, Shakira, Nicole, Jon Secada o Miguel Bosé. Una vez llegaron los pacos porque teníamos a los Backstreet Boys a todo volumen, sonando demasiado fuerte. Lo pasábamos muy bien”.

La propuesta aletargada de Nuevacosta difícilmente es asociable a cualquiera de los recién nombrados, pero el grupo insiste en que un porcentaje de sus influencias está en el cancionero radial. En su primer comunicado de prensa, además de los referentes obvios (como la new wave y algunos toques de rock progresivo), el cuarteto destacaba al pop chileno de los noventas como una de sus inspiraciones. “Es un gusto musical compartido y espontáneo, nosotros vamos más a Lucybell que a Congelador. Igual queremos probar sonidos y mezclar lo kitsch con lo oscuro, pero no tenemos la pretensión de sonar experimentales o vanguardistas”.

“La afinidad es lo más importante. En TV Gamma, había una corriente más orgánica y de banda, y otra más electrónica, de computador y bases sintetizadas. Ahí chocábamos. Aparte, siempre estuvo presente la disputa entre el pop y la improvisación, o las cosas más progresivas. Nuestras ganas de expandir la música, sin miedo a que nos fuera mal, era la piedra de tope. No nos daba temor ser un poco más experimentales, queríamos liberarnos, que es lo que estamos haciendo ahora en Nuevacosta”, afirma Angelo Santa Cruz. La preponderancia del teclado, junto a las progresiones y atmósferas de Costabrava, hablan claramente de las inquietudes del ensamble, que en su primer video (para la canción ‘Uno’) opta por el misterio de aparecer en penumbras y no develar los rostros de sus miembros.

Para la banda no fue fácil darle forma a sus ideas. “Hubo un largo tiempo de mala suerte en que todo nos costaba, no podíamos ensayar, se nos echaban a perder los cables, nos robaron algunas cosas. Fueron cuatro o cinco meses así”, recuerdan. Pero, además de problemas logísticos, en el camino también se complicó la búsqueda de una estampa final satisfactoria. Luego de un intento de trabajar junto a Patricio Loaiza (uno de los productores del imprescindible Ser Hümano!! de Tiro de Gracia) que le sirvió al cuarteto para darse cuenta que no les gustaba quedar tan pulidos, los temas de Nuevacosta terminaron en las manos de Ignacio Rodríguez. Más conocido como Nes, y también por ser uno de los fundadores del sello BYM, el sonidista le dio el palo al gato. “Él tuvo al tiro afinidad con lo que escuchó, hizo una muy buena pega y una muy buena dirección de lo que queríamos. Dejó el EP opaco, tirado a los bajos, sucio y pasado por cintas. Quedó orgánico, no demasiado comprimido. Se distinguen los instrumentos. Se acerca a la realidad de cómo sonamos en vivo, porque nosotros teníamos ganas de registrar las cosas tal cual, más que de producir un disco”.

Pese a los buenos comentarios que despierta a su paso, y de recibir una invitación para telonear a Toro y Moi en su venida del pasado 3 de noviembre, el grupo asegura que no se siente parte de ningún nicho específico. Más bien, se consideran ajenos a todo lo que ocurre a su alrededor. “Nada nos representa, cuesta demasiado meternos en una escena o encasillarnos en un puñado de bandas. A veces tocamos en fiestas y compartimos escenario con gente que no tiene nada que ver con lo que hacemos. Ninguna banda chilena de ahora nos gusta, el paraíso del pop es muy lejano a lo que somos. Nos alegramos cuando al resto le va bien, porque de una u otra forma igual sentimos los coletazos, pero no somos parte de eso”, declaran.

“Cuando tocamos, ven a la Karin y preguntan por qué ella no hace los coros, si es mujer. Es una cosa muy retrógrada, tienen la noción de que, cuando hay una mina, está sólo ahí para cantar o para darle glamour al show. O gente que piensa que somos un grupo de electropop sólo por tener teclados. O que, porque nos llamamos Nuevacosta somos una banda tropical. Una vez hasta nos hicieron un flyer, sin habernos escuchado, y era con palmeras”. Las confesiones del cuarteto van develando la confusión de un medio malacostumbrado a manejar pocas variables y que se marea con propuestas menos comunes. “Nos han dicho que Costabrava es fome porque no es movido, es como súper para adentro, introspectivo. Pero nosotros tenemos sentido del humor. El grupo se llama así porque yo (Angelo) estaba viendo Jersey Shore en MTV, lo habían hecho en la Costa Este primero y después lo pasaron a la Costa Oeste, entonces lo promocionaban como ‘Nueva Costa’y me pareció la raja. Después tuvo más sentido aún por la new wave, la nueva ola, y porque con el terremoto cambió la costa en Chile. Y las melodías son entretenidas. El que quiere diversión, que no la vea: que la escuche”.
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