7.1.12

Voodoo Zombie - Santa muerte

Si una banda puede tomar dos temas clásicos del repertorio musical popular, descontextualizarlos por completo y apropiarse con autoridad de ellos, quiere decir que su trabajo está bien encauzado. El cuarteto Voodoo Zombie puede jactarse de que su nuevo disco tiene un cover de ‘Paramar’ de Los Prisioneros y otro de ‘These Boots Are Made For Walkin’ de Nancy Sinatra perfectamente acoplados a los conceptos perniciosos que exploran los temas de su propia autoría.

Comprendemos Santa Muerte, el segundo álbum de los nacionales, como la expansión de las virtudes mostradas por el conjunto en su debut homónimo de 2008, gracias al sabio aprovechamiento de las ventajas a mano: ser uno de los pocos cultores del psychobilly en Chile (todo un plus en cuanto a sumar atractivo) y tener a cargo de la producción a Jorge Esteban, un personaje cuyo currículum incluye a los mismísimos The Ramones. Así suman cuotas de originalidad, al menos en el ámbito criollo, que se complementan con una excelente asesoría.

Lo que en papel parece bien, a través de los parlantes resulta todavía mejor. Cuando el estándar internacional es la quimera de decenas de bandas chilenas, para Voodoo Zombie ya es una realidad y notarlo es un placer, por ejemplo, en el golpeteo de las cuerdas del contrabajo a la madera del instrumento, que destaca en la mezcla del disco, dándole nobleza y veracidad al registro. En vez de dedicarse a llenar de detalles e ideas el larga duración, el cuarteto opta por sacarle brillo a cada uno de sus movimientos bajo la premisa de que menos es más.

Inspirado en La Santa Muerte, una deidad cuyo culto está prohibido por la Iglesia Católica, el nuevo disco de los –en aquel entonces- liderados por Katona Katrina (quien recientemente comunicó su alejamiento) se sumerge sin miramientos en la lobreguez para explorar temas tan sórdidos como el cine snuff (que consiste en grabar asesinatos reales) en el potencial single ‘Video Snuff’, o la pérdida de fe en el mundo mediante ‘Pacto con Satanás’, cuyo coro dice: “el infierno nunca estuvo abajo, el mal está acá”. Una frase que se acopla a la perfección con lo que muestran los noticiarios de las nueve de la noche, sin ir más lejos.

Escondido en un manto de juegos, yace un grupo con dobles lecturas que enriquecen lo que -de otra forma- podría ser una impronta demasiado plana y trillada. No hay que hacerle caso al maquillaje y a los ingredientes lúdicos: cuando Voodoo Zombie abre la boca, es para hablar en serio. Aunque parezca lo contrario.

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